22 Feb Transporte público en Londres, la mejor opción para conocer la City
Londres es una ciudad fantástica para pasear, para visitar museos, para ir de tiendas… La oferta cultural es impresionante y siempre tienes mil cosas que hacer, tan sólo hay un problema: las distancias son enormes y, por eso, es necesario saber qué medio de transporte es más cómodo en cada momento.
Personalmente, me gusta ir andando siempre que puedo. No me importa tardar más tiempo. Si no llueve y no hace demasiado frío, siempre es mi primera opción. Aunque reconozco que a veces, cuando tengo prisa y voy a una zona cercana uso mi “scooter”, ¿sabéis lo que es? Yo la primera vez que lo escuché pensé en una moto, pero realmente es un patinete con manillar. Aquí se usan mucho, tanto niños como adultos. Yo utilizo uno básico, pero ya se ven algunos eléctricos o con motor.
Cuando las distancias son un poco más largas prefiero ir en bicicleta, ¡me encanta! Aunque este medio de transporte tiene sus ventajas y desventajas. Por un lado, es cómodo, ecológico y económico. Pero por otro, no me siento demasiado segura. Me explico: el carril bici de Londres no es ni mucho menos como el de Sevilla (uno de los mejores que he visto): casi siempre va por la carretera, no siempre está diferenciado con otro color, y a veces ni coches ni autobuses lo respetan. De hecho los autobuses suelen tener una pegatina que advierte a las bicicletas que tengan cuidado y no les adelanten.
En los semáforos suele haber una zona para las bicicletas justo antes que los coches, pero algunos conductores no la ven (o no la quieren ver). Esto a veces es un problema porque Londres está repleto de personas que van en bici y, antes de que me lo preguntéis, sí, hay gente que pedalea aunque llueva, nieve o haya heladas. Yo intento utilizarla cuando hace buen tiempo (relativamente), pero es habitual verlas por todas partes y a todas horas.
Si no tienes una bicicleta propia, siempre puedes alquilarlas. Hay varias compañías que se dedican a ello, pero hay un programa público muy conocido: “Santander Cycles”, creado para desplazamientos cortos por el centro de Londres. Por unas 5 libras puedes disponer de una bicicleta durante una semana, siempre que los trayectos sean de menos de 30 minutos.
UNA BUENA OPCIÓN EN LONDRES… EL TRANSPORTE PÚBLICO
Pero, cuando no apetece coger la bici ni el scooter, siempre se puede utilizar el transporte público. Normalmente, cuando tengo que ir a un sitio que no conozco, pongo la dirección en una aplicación de mapas y me informo sobre la ruta en coche, a pie, en bicicleta o en transporte público. Una vez analizadas las diferentes opciones, decido cuál es la mejor para mi en ese momento.
Si vas a venir a Londres de turismo o a pasar una temporada, y tienes claro que lo que vas a usar es el transporte público, voy a darte algunos consejos para que no caigas en los mismos errores que yo cuando llegué.
Recuerdo que una de las primeras veces que cogí el bus sola, me quedé sin dinero en la “Oyster” (tarjeta de transporte). El conductor me advirtió que no podía pasar porque mi tarjeta no tenía dinero y yo, muy sonriente, le dije que no había ningún problema y que pagaría con dinero. Este señor, con muy malas pulgas, me miró con cara de “otra que acaba de llegar y no se entera de nada” y me dijo que no podía pagar con dinero y que me bajara del bus. En ese momento me sentí pequeñita, pequeñita, en una ciudad enorme con una cultura diferente y con un montón de normas que no entendía.
Aunque ese día me desanimé bastante y lo vi todo un poco gris, seguí usando el autobús cada vez que lo necesitaba, es sí, siempre pendiente del dinero que me quedaba en la tarjeta. Por cierto, aprovecho la ocasión para advertiros que hay que tener cuidado dentro de los bonitos autobuses londinenses. Un día, estaba subiendo las escaleras hacia la segunda planta, el autobús arrancó de forma un poco brusca (algo habitual), yo iba cargada y no me dio tiempo a agarrarme a la barandilla… Os podéis imaginar la escena… Por suerte no fue grave, aunque sí doloroso, bochornoso e inolvidable. ¡Quedáis avisadas!.
Bueno, y ahora voy a explicar a las lectoras de Mujeres Valientes algo realmente importante: ¿qué hay que hacer a la hora de coger transporte público? ¿Es mejor usar Travelcard, Oyster Card o las tarjetas Contactless? Si vas a ir en metro te aconsejo que no compres un billete sencillo de viaje, ya que te costará el doble que la tarifa de Oyster por un solo trayecto (los autobuses no ofrecen la posibilidad del billete sencillo).
La tarjeta Contactless es una nueva modalidad, y posiblemente pronto se convierta en el método de pago principal en el transporte público. Sin embargo, no es demasiado popular entre los turistas, especialmente si no tienen una tarjeta bancaria en libras esterlinas.
TRANSPORTE PÚBLICO EN LONDRES… LA MEJOR MANERA DE MOVERSE POR LA CITY
Algunos de mis amigos, cuando vienen de turismo, se decantan por el Travelcard, ya que en algunos casos sus tarifas pueden ser más baratas que las de las tarjetas Oyster o Contactless, sobre todo cuando se va a visitar atracciones turísticas importantes.
Es importante saber que las tres tarjetas cubren los mismos medios de transporte: metro, autobuses, y trenes en el area metropolitana de Londres. Y también hay que tener en cuenta que con estas tarjetas no se puede pagar en todos los trenes, por lo que es mejor informarse antes, especialmente si decides cogerlo para ir al aeropuerto.
Tanto la Oyster como la Travelcard se pueden comprar en las estaciones de metro, en cientos de tiendas de barrio de Londres (todas tienen la correspondiente pegatina en la puerta) e incluso online en la website de TFL
No quiero despedirme sin deciros que conozco a mucha gente que no tiene coche y se desplazan sólo con transporte público en Londres, o alquilando un automóvil en determinadas ocasiones. También hay personas que prefieren las motos, aunque realmente no me gustan ya que me parecen peligrosas y poco apropiadas para el clima londinense.
Finalmente os recomiendo mi medio de transporte favorito, el que siempre me proponía mi abuelo, y el que yo sigo aconsejando a mis alumnos: “el coche de San Fernando: un ratito a pie y otro andando”.
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