20 Feb Nostalgia… Mucho más que una emoción para una expatriada
Nostalgia de una emigrante… Ahora #expatriada
Hace poco hemos tenido la suerte de disfrutar de unos días soleados, ¡qué alegría! Ya no me acordaba lo que se sentía al pasear bajo los rayos del sol… Este invierno está siendo muy duro, y especialmente largo.
Por eso, aprovechando las vacaciones de ‘half term’ (una semanita de descanso que tienen los colegios a mitad de cada trimestre), llamé a una amiga y una tarde nos fuimos a dar un paseo por uno de nuestros bosques favoritos (Wimbledon Common).
Estos paseos me cargan de energía positiva y de vitamina D, que tanta falta me hace desde que vivo aquí
Mientras andamos y respiramos aire puro, vamos hablando, desahogándonos y arreglando el mundo a nuestra manera. Para mi esas charlas-paseos, junto a nuestro fantástico “Club del libro”, son una terapia sanadora que me ayuda a seguir adelante cuando me da algún bajón.
Y en una de esas conversaciones interminables surgió el tema de las vacaciones y los viajes. Mi amiga Paqui me comentaba lo importante que es viajar, pero no solo a nuestra “casa” en España, viajar para conocer sitios nuevos, para descubrir otros lugares, para abrir nuestra mente. Yo estoy totalmente de acuerdo con ella, sin embargo, por mucho que disfrute viajando a otro destino, no puedo evitar echar de menos mi tierra.
Este es un “problema” que tenemos muchas personas que nos hemos visto obligadas a marcharnos de nuestro país. Mientras todo el mundo prepara sus vacaciones para ir a un sitio diferente, algunos simplemente soñamos con volver a nuestra ciudad de origen, volver a pasear por sus calles y volver a ver a la familia y los amigos, ¡es que no se me ocurre mejor sitio para mis vacaciones! Allí lo tengo todo: preciosas playas, buen clima, excelente gastronomía y un montón de buena gente alrededor.
Lo cierto es que últimamente me siento un poco más nostálgica de lo habitual, y no sé por qué…
Quizás porque parece que empieza a hacer buen tiempo, o porque hace poco ha venido a vernos mi ahijado desde Sevilla, o porque preparo con ilusión la próxima visita de una de mis hermanas con su familia… Realmente no se por qué de vez en cuando me da un bajoncillo en el que acabo escuchando flamenco en bucle, viendo fotos y vídeos de mis vacaciones en Punta Umbría (Huelva) y enviando mensajes a mis amigas para ver qué tal les va todo por allí.
En esta ocasión pienso que mi nostalgia viene motivada por una película que vi recientemente y que hizo que se me removiera todo por dentro. Elegí “Una vez más” al azar y, desde el primer momento me enganchó por tener una protagonista andaluza que vivía en Londres y volvía a Sevilla por motivos familiares.
Durante la trama me llegué a identificar tanto con la protagonista, que cuando ella paseaba por Sevilla, yo sentía hasta los olores de esas calles. Identifiqué todos y cada uno de los rincones que veía a través de la pantalla, saboreé cada sorbo de cerveza e incluso canté junto a ella y sus amigos una conocida canción de hace ya unos cuantos años.
Me identifiqué tanto, tanto, que por momentos creí ser yo la protagonista de la película
Me trasladó a Sevilla, me hizo recordar muchos momentos maravillosos, y me hizo anhelar todo lo que dejé allí y que aquí es difícil encontrar… No voy a contar más sobre la película, no me gustan los spoiler. Sólo puedo decir que a mi me tocó el alma. Mis hermanas dicen que eso es porque la protagonista y yo compartimos ciudades de origen y destino, pero yo pienso que más que ciudades, compartimos sentimientos.
Me siento afortunada por vivir aquí, por la cantidad de culturas que estoy conociendo, por las oportunidades profesionales a las que tengo acceso, por la educación que le estoy dando a mis hijas… Pero al mismo tiempo no puedo evitar preguntarme qué hubiera pasado si me hubiera quedado en España.
Posiblemente no hubiera tenido que reinventarme profesionalmente, mis hijas no serían bilingües, mi marido no se sentiría tan realizado en el trabajo, pero tendría cerca a la familia, a los amigos y todo lo que tanto añoro de allí.
El verano pasado hablaba con mi amiga Estrella, una onubense afincada en Galicia, sobre la vida fuera de nuestra tierra. Ella me decía que obviamente vivir en Galicia y en Londres no es lo mismo, pero ambas estábamos lejos de casa, criando a nuestros hijos sin la familia, y echando de menos el clima y los amigos del sur.
Descubrimos que nuestro éxodo tenía mucho en común, incluso nos sorprendió saber que las dos teníamos en nuestro repertorio musical las mismas canciones para escuchar cuando nos sentimos un poco más tristes. En el fondo, creo somos muchas las personas que compartimos este sentimiento de añoranza, que parece que con el tiempo crece, en lugar de desparecer.
Hablar sobre mi tierra en mis clases me ayuda y, además, me enorgullece
Enseñarles vídeos de nuestras cabalgatas de Reyes, hacer conexiones en directo con la Feria de Abril y el Rocío, vestirme de flamenca y organizar un taller de sevillanas con alumnos y profesores es parte de mi día a día. A los estudiantes les encanta nuestra cultura y pienso que de alguna manera consigo transmitirles la pasión que yo siento por todo lo nuestro.
Considero que descubrir otras culturas es fantástico, pero para mi la nuestra es espectacular. Nuestra gastronomía, nuestros bailes y trajes regionales, nuestras procesiones de Semana Santa, nuestras fiestas de los pueblos… Siempre que viajo a España les digo a mis amigos que no saben lo afortunados que son, ¡no saben valorarlo!
Por eso cuando voy, aprovecho cada minuto, disfruto cada segundo, saboreo cada tapa, cada copa de vino y cada paseo por la playa. Grabo videos de momentos especiales que me llevo guardados en la maleta y que luego guardo como mi más preciado tesoro.
Sin embargo, a pesar del tono triste de mis palabras, me considero una persona fuerte y optimista, intento ver la parte positiva de todo lo que ocurre a mi alrededor, aunque de vez en cuando sea inevitable echar la vista atrás y derramar alguna lágrima al darte cuenta de que ya son diez años los que llevo fuera de España, y que posiblemente serán muchos más…
Antes de despedirme quiero dar las gracias a Mujeres Valientes por abrirme esta ventana a mi tierra y acercarme a todas esas mujeres que en algún momento se han sentido o se sienten como yo. Pienso que contar nuestras experiencias y hablar de nuestros sentimientos nos hace más fuertes y nos ayuda a que esta nostalgia sea más llevadera.
Os animo a todas a compartir vuestras vivencias, a charlar con las amigas, a bailar, ¡a hacer todo aquello que os haga sentir mejor!
Yo mientras tanto, sigo preparando mis clases y comparto con vosotras un vídeo musical que me encanta y que utilizaré para explicar la emigración española. Para mis alumnas sólo es una parte del temario, pero para mi es mucho más que una canción.
Fotografía portada: Francisca Marcos
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