09 May María Magdalena… El misterio y la imagen
María Magdalena… Determinada y firme
Este mes me voy a centrar en un personaje femenino, sobradamente destacado en la historia y en el Arte: se trata nada más y nada menos que de una mujer misteriosa y tergiversada durante largo tiempo. Su nombre resulta especial en Israel, Myriam en hebraico, Maryam en aramaico, María en griego (el nombre de la hermana de Moisés). Diferente de las demás y conocida gracias al nombre del lugar, Mágdala, donde habría nacido: esa mujer es María Magdalena.
En época helenística, Mágdala de Galilea era un pequeño centro romano-judaico a orillas del lago Tiberíades. Una torre romana identificaba la pequeña ciudad: en hebraico Mágdala, da “migdol” significa torre. Topónimo que ha asumido en ella un significado simbólico: determinada y firme.
Sea como sea. Esta figura envuelta en el misterio queda vinculada a eventos fundamentales relativos a la narración de la vida y de la muerte de Jesús de Nazaret: la muerte en la cruz, la sepultura, la desaparición del cuerpo y la anunciada resurrección. Discípula de la primera hora, María Magdalena habría seguido, con otras mujeres, a Jesús de Galilea hasta el monte Gólgota.
Según los Evangelios canónicos, sola o citada con otras mujeres, la Magdalena es la primera que vio la tumba vacía donde el profeta fue depuesto tras el descendimiento; la única que vio dos ángeles; la primera que vio al Señor resucitado y que habló con Él, quizás la primera que lo tocó. Así pues ella es la primera testigo de un hecho inaudito. Antes de los Apóstoles. En su palabra se apoya en cierto modo la fe y el destino de los primeros cristianos y de las primeras comunidades.
Lo cierto es que su presencia es constante, en algunos casos como protagonista, en los Evangelios apócrifos y, en especial, en los agnósticos. La literatura y el cine le han dedicado centenares de obras, sobre todo el Arte, colocándola al centro de su producción y dando vida a obras maestras que marcan el arte mismo y sus evoluciones. Como en un espejo, cada período la ha ido reflejando.
Así pues, en esta mujer se han concentrado y mezclado, a lo largo de los siglos, una infinidad de figuras femeninas, símbolo de pecado y arrepentimiento, de fidelidad y de sufrimiento, de obsesión y de amor, de fecundidad y de sabiduría, de carnalidad y de santidad, creando un hilo narrativo especialmente a través del arte. La multiplicación de significados en los siglos hace muy compleja la reconstrucción de la formidable galería de imágenes que la han representado.
Y ahora, por fin, una exposición en la localidad romañola de Forlí, valiéndose de las mejores y fascinantes obras de arte que la han imaginado -por medio de 200 obras maestras de todos los tiempos, del helenismo al siglo XX- se propone profundizar el misterio que aún nos inquieta de una mujer de nombre María Magdalena: la confrontación con la estética del dolor en el arte antiguo, la formación de los modelos iconográficos en el Medievo, la vuelta antropológica desde Giotto al gótico tardío. La perspectiva humanística, la tensión formal del siglo XVI y la sensualidad del XVII, la vuelta atrás del neoclasicismo, el religioso siglo XIX y las inquietudes simbólicas hasta el XX, siglo que ha devuelto a la figura de Magdalena el sentido del misterio del vivir humano.
En la creencia popular, fue una mujer liberada por Jesús de la posesión diabólica, aunque su asimilación a la pecadora pública no tiene suficiente fundamento en las Sagradas Escrituras.
Sea como fuera, María Magdalena fue una mujer cuya fe en Cristo le infundió tal valor de seguirlo arriesgando su propia vida.
MAGDALENA. EL MISTERIO Y LA IMAGEN. Museos de San Domenico. FORLÍ (hasta el 10-7-2022)
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