Artemisia Gentileschi. Autorretrato tocando el laud. Wadsworth Atheneum de Hartford

Artemisia Gentileschi y su época

Artemisia Gentileschi. Autorretrato tocando el laud. Wadsworth Atheneum de Hartford

Es suficiente llamarla por su nombre, Artemisia, la artista hembra por antonomasia de la historia del arte, cuyas vicisitudes personales la convierten en un personaje referido a la más triste actualidad.

Se trata de Artemisia Gentileschi (Roma, 1593 – Nápoles, 1653), hija y alumna del más conocido pintor Orazio, definida “La única mujer en Italia que haya sabido qué es la pintura, y color, y mezcla, y similares esencialidades…” (según el historiador del arte Roberto Longhi)

Pues bien, ahora Artemisia vuelve a su ciudad natal con un equipaje de 29 obras de las 80 aproximadamente de su seguro legado artístico, repartido por el mundo. Y acude a una cita que ha requerido tres años de preparación para aunar las pinturas de 64 autores de sus tiempos, además de sus obras autógrafas -entre las cuales magníficas piezas maestras, como el ‘Autorretrato tocando el laúd’ del Wadsworth Atheneum de Hartford, ‘Judith que degüella a Olofernes’ del Museo de Capodimonte, ‘Nacimiento de San Juan Bautista’ del Prado y ‘Esther y Asuero’ del Metropolitan de Nueva York – material más que suficiente para ahondar en su carrera y en la progresiva escalada que experimentó afirmándose en Florencia (de 1613 a 1620), en Roma (de 1620 a 1626), en Venecia (de finales de 1626 a 1630) y finalmente en Nápoles donde se mantuvo activa hasta su muerte.

Judith deguella a Olorfenes. Artemisia Gentileschi. Museo de Capodimonte

Nos referimos a una mujer de hierro, a una pintora de extraordinario talento y fuerte personalidad artística, que inicia su aprendizaje con el padre y lo prosigue en el taller de un pintor amigo de familia, que se revelará culpable de haberla estuprado, delito que Artemisia tuvo el valor de denunciar y afrontar en un juicio del que salió ganadora… entonces… sin tener que avergonzarse.

Y para comprender mejor el papel que interpretó Artemisia en el escenario del siglo XVII, sus obras cuelgan en una comparación con las de otros grandes protagonistas de sus tiempos, como Cristofano Allori, Simon Vouet, Giovanni Baglione, Antiveduto Gramatica y José de Ribera, nacido en tierras de Valencia, apodado en Italia el ‘spagnoletto’ (españolito), con los que se relacionaba en la plena paridad que le ofrecía el relativo gremio. Conoció también a Galileo Galilei que la ayuda a dar un gran salto de calidad (ella, semianalfabeta pero con enormes ansias de saber) midiéndose en temas de cultura y adoptando un lenguaje artístico de un gran dominio narrativo dramatúrgico.

Nacimiento de San Juan Bautista. Artemisia Gentileschi. Museo de Capodimonte

Cabe destacar su período en la Nápoles del virreinato español donde imperaba un ambiente muy estimulante desplegado por un importante núcleo de pintores caravaggescos, que la induce a experimentar una revisión del naturalismo introducido por el mismo Caravaggio.

La atribución del mérito artístico de Longhi, pasados tres siglos desde aquel Seiscientos, denso de contradicciones y nuevas experiencias, cuando aún persistían las posiciones conservadoras de una Iglesia ‘contrarreformada’, concentrada en contener los empujes progresistas, como los estudios de Galileo del universo, asume más importancia aún. Un contexto que ponía en discusión las antiguas certezas y abría nuevas perspectivas a las que se encamina Artemisia: en la vida, llevando a cabo la propia reivindicación de mujer violada en el cuerpo pero no plegada en la mente; en el arte, por su preferencia por los temas de sus pinturas que no se limitan a retratos o bodegones, considerados los más adecuados para las artistas femeninas (véase mi reseña anterior de la exposición de Clara Peeters), sino que se decide por temas fuertes y complejos de la historia, sacros o mitológicos.

Esther y Asuero. Artemisia Gentileschi. Metropolitan de New York

Valiéndose de sus pinceles como arma expresiva, Artemisia narra los acontecimientos de Susana, Judith, Cleopatra.., unas historias importantes de autodeterminación, en la plenitud de la belleza.

Esta exposición es un homenaje a las mujeres, a su extraordinaria fuerza humana y profesional. Artemisia Gentileschi, con su talento y su pasión, logró a pesar de las dificultades y los traumas padecidos proseguir por su camino de artista y de mujer libre en su época. Así la presenta Luca Bergamo, Consejero para el Crecimiento Cultural de Roma Capital.

Un proyecto expositivo centrado en una gran artista y una mujer valiente -afrontó la humillación del estupro perpetrado por su maestro consiguiendo una justa sentencia- que por puro caso coincide con las manifestaciones celebradas contra la violencia de género.

En definitiva, una Artemisia grande entre los grandes “a pesar” o bien “gracias” a ser mujer

La exposición de Artemisia Gentileschi se podrá visitar en el Museo de Roma – Palacio Braschi de Roma hasta el 7 de mayo de 2017.

La periodista sevillana afincada en Italia, Carmen del Vando, está especializada en arte y ha ejercido como corresponsal de Canal Sur Radio en Roma. Premio «Villa Véneta» convierte sus crónicas en una verdadera obra de arte.

Carmen del Vando
mjandrade@rtva.es
2 Comments
  • Salud García Romero
    Posted at 12:35h, 03 diciembre Responder

    Genial e intersante artículo que resalta la magnitud de Artemisia, invisible en su época, para quienes no deseaban ser ensombrecidos por su grandiosidad.
    Carmen del Vando nos la muestra con su habitual naturalidad; la mejor manera de llegar a todos.

    • Foto del avatar
      Mujeres Valientes
      Posted at 21:24h, 06 diciembre Responder

      Hay mujeres increíbles que a lo largo de la historia han ido dejando su genialidad y Artemisia ha sido una de ellas. Una mujer que, gracias a Carmen del Vando nos es mostrada en toda su inmensidad. Gracias por dejarnos su mensaje y seguirnos.

Post A Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.