23 Mar Violencia de género, coronavirus y la protección de la Fundación Ana Bella
La violencia de género es la gran lacra que golpea a muchas mujeres en todo el mundo. No entiende de fronteras ni de raza ni de cultura, pero en estos días en los que muchas viven confinadas con su maltratador, por la crisis del coronavirus, se hace más necesario hacer un llamamiento para proteger a las víctimas durante este largo encierro que se avecina.
Hablar con Ana Bella, presidenta de la Fundación Ana Bella y Medalla de Andalucía, es emocionarse con una mujer y una organización que trabaja sin descanso desde esta entidad sin ánimo de lucro. Miles de voluntarias, en todo el mundo, ayudan a las mujeres que recurren a ellas para buscar calor y una forma de salir de la “cárcel” de miedo y, en algunos casos, de muerte, utilizando como única “arma” el amor.
Mª José Andrade.- El miedo es terrorífico en estas circunstancias en las que muchas mujeres tienen que vivir veinticuatro horas con su asesino.
Ana Bella.- Pues sí. De todas formas las mujeres cuando somos maltratadas ya vivimos en esa cárcel. Es una cárcel que no siempre es de barrotes. Es verdad que hay mujeres que sufren porque ellos se llevan la llave: se van a trabajar y se llevan la llave y ellas están encerradas en casa, pero la mayoría de las veces es una cárcel mental.
Ellos nos han robado esa capacidad que tenemos para reaccionar ante los malos tratos. Tenemos una indefensión aprendida que impide que reaccionemos, por eso es tan importante que la gente de alrededor nos ayude, porque nosotras no podemos salir de esa cárcel. Es una dependencia emocional tan grande…
… que necesitamos de gente de alrededor que actúe cuando nosotros no podemos hacerlo
Este estado de confinamiento en el que vivimos ahora, este estado de alarma, nosotras le decimos a las mujeres que les sirva de alarma precisamente para romper el silencio, pero no para decírselo a ellos. Es el momento de más riesgo es cuando una mujer maltratada le dice a su maltratador que le quiere abandonar, en ese momento es cuando las asesinan. Por eso le decimos a las mujeres que el 016 sigue activo.
Que llamen al 112 y al teléfono de ayuda a la mujer que es 900 200 999 en Andalucia, que las casas de acogida siguen abiertas, que la policía te va a ayudar, pero que nunca se lo diga al maltratador.
Que hay muchas personas que las vamos a ayudar, que no están solas, que ese miedo y esa fuerza y ese valor que están utilizando para vivir veinticuatro horas confinadas con el maltratador, lo pueden utilizar para romper el silencio para pedir ayuda, que se puede volver a ser feliz y que se merece ser feliz.
MJAND.- Hace unos días, cuando comenzó la crisis del corona virus hubo un intento de asesinato a una mujer en Sevilla. Ela le dijo que lo iba a abandonar y que quería separarse… ¿Hay que hacer hincapié en que de ninguna manera se haga eso?
ABELLA.- Claro eso mismo lo he vivido yo. Eso es un estudio que ha hecho el observatorio, Contra la Violencia de Genero, del Consejo General del Poder Judicial en el que más del noventa por ciento de los asesinatos se ha producido en el hogar, cuando estaban solos y cuando ella le dijo a el que lo iba a abandonar.
Eso me ha pasado a mí. Después de once años cuando yo le dije que era mejor que nos separásemos. Él quería que yo firmara un documento en el que yo me comprometía a seguir casada con el, aunque me siguiera pegando. Entonces yo le dije que no quería firmar ese documento, que si para estar juntos me tenía que seguir pegando, ¿no creía que era mejor que nos separásemos?. ¿Que a lo mejor el podía ser feliz con otra mujer?, ¿que yo no sabía cómo hacerle feliz?. A lo que el me contesto;
“No chiquita no… tú nunca de separarás de mi porque lo nuestro es amor… o muerte”
Se puso tan violento que yo de rodillas rezaba el Padre Nuestro. Y él me decía “¡Reza, Reza!, que te va a hacer falta, que esta pelea la vamos a ganar quien de los dos quede vivo”
Yo lo he vivido. Me ha pegado hasta con la correa. He sufrido todas las clases de maltratos, pero ese día cuando era la primera vez que yo le llevaba la contraria y la primera vez que yo le dije, vamos a separarnos, fue el día que yo más temí por mi vida, y fue el día que me hizo reaccionar, además coincidió con el atentado de las Torres Gemelas de New York, y para mi fue una señal.
Por eso le digo a todas las mujeres que este estado de alarma que hay en España es una señal para que se den cuenta que se merecen ser felices, que quien te hace sufrir no te quiere.
MJAND: Efectivamete, porque aún hoy son muchas las mujeres que afirman que les pegan porque las quieren
ABELLA.- La vida es muy corta, y que para estar en pareja es para estar con alguien que te haga sentir mucho mejor que estando tu contigo misma.
MJAND.- Para vosotras cuál es la verdadera pandemia que venís sufriendo desde hace años
ABELLA.- Con la Fundación Ana Bella, se ponen en contacto muchos periodistas y estos momentos y yo les digo que existe una Pandemia Global desde hace muchísimos años antes que el Coronavirus, que es la Violencia Contra las Mujeres. Una pandemia que está en todo el mundo, en todos los paises y afecta a más de mil doscientos millones de mujeres.
La vacuna que nosotras hemos inventado es que las propias supervivientes en vez de olvidar ese sufrimiento que nos lleva al estigma y a la exclusión social y que todas queremos olvidar; lo hemos trasformado en experiencia y en empatía para ayudar a otras. Y hemos creado una red de mujeres que ya estamos en setenta y dos países con 21.600 voluntarias, que hemos pasado por esto y que con nuestra experiencia estamos ayudando a muchísimas mujeres para que se den cuenta de lo que están viviendo y ayudarlas a romper el silencio.
En España hay recursos, pero solamente dos de cada diez mujeres se acercan a éstos, el resto son invisibles. Primero porque no se dan cuenta que están siendo maltratadas y segundo porque aunque se den cuenta, es muy difícil pedir ayuda, sobre todo si tienes un trabajo bueno, si cuentan con estudios, un nivel económico social o cultural alto.
A LA MUJER QUE SUFRE VIOLENCIA DE GÉNEREO LE CUESTA UNA MEDIA DE DOCE AÑOS PEDIR AYUDA
Maria Jose: Y Ahora que estamos encerradas todas en casa… TOD@S. En estos momentos en los que se escucha prácticamente todo porque todos estamos en las casas, en los que salimos a aplaudir a las ocho de la noche para reconocer el trabajo de nuestro personal sanitario y la gente se asoma a los balcones ¿L@s vecin@s podría estar más atentos a esos casos en los se produce la violencia de genero dentro del hogar conyugal?
ABELLA.- A mí me encantaría que la sociedad reaccionara ante la Violencia de Genero igual que lo estamos haciendo con el coronavirus, porque eso es lo que falta. Tenemos las mejores leyes que existen en España, tenemos doscientas y pico de medidas, aprobadas por unanimidad, y todavía ocurre que hombres siguen maltratando y asesinando a mujeres.
¿Por qué? Porque falta que ahora actúe la sociedad. Que ésta se implique como agentes de cambio. Apelamos a los vecinos, a las vecinas, que van a estar confinados en casa, que van a estar escuchando, para que si una vecina está siendo maltratada, que llamen a la policía.
Antes le hubiera dicho, pues acércate a la mujer y pregúntale “¿Estas Bien?, ¿Te puedo ayudar?. Desde que tienes esta pareja te veo que estas mal, no te veo feliz, o he escuchado como te maltrata… Aquí estoy para lo que necesites”. Pero ahora como no podemos salir de las casas y estamos aislados y aisladas, lo que les recomiendo es que pueden llamar a la Fundación Abella para haceruna estrategia.
Pero pueden llamar a la policía, al 016, a 112 o al 060… ¡HAY TANTOS TELÉFONOS A LOS QUE LLAMAR!
Llama, porque nosotros vemos, que están robando un coche que no sabemos ni de quién y llamamos a la policía pero si sospechamos que nuestra vecina, nuestra compañera de trabajo esta siendo maltratada y no hacemos nada.
La culpa de que exista violencia de género es de los hombres que la ejercen, pero la gente de alrededor que sospechamos, que intuimos, que escuchamos y no decimos nada, somos cómplices también con nuestro silencio.
MJAND.- Efectivamente, antes hablabas tú de esa “vacuna”, contra la violencia. De todo el trabajo que lleváis a cabo en todo el mundo, con veintiuna sedes en la que muchas mujeres, prácticamente todas las que han sufrido violencia, ayudan a otras, ¿Cuantas acciones se llevan a cabo aquí en Andalucía? Vamos a poner un ejemplo cortoplacista, para que la gente se haga una idea, durante una semana.
ABELLA: Yo no te puedo decir, con estadísticas porque ahora mismo no tengo, yo sí sé que por lo menos nada más que en España ayudamos a más de tres mil mujeres al año.
Al día nos llegan más de diez peticiones de ayuda, también a través de whassap. Nos llaman familiares, a veces nos llama la mujer porque salimos en todos los medios, se sienten identificadas con nosotras, y nos llaman diciendo: ” yo también quiero ser como tu, quiero ser una superviviente. Estoy pasando lo mismo que tú pasaste, ayúdame”. Y nosotras lo que hacemos.
Es como si fueramos las amigas de las mujeres que se han quedado sin amigas por culpa del maltrato, y entonces hacemos una estrategia, y vamos con ella a tomarnos un café, vamos a su lugar de trabajo donde él no está. Hacemos de todo lo posible, para acercarnos a ella, para ser su amiga, para estar con ella y conseguir, poco a poco, que deje esa relación de abuso.
Las acercamos hasta la policía para que denuncien, y la acompañamos en todo el proceso, que es muy duro, para que no se echen atrás, y vuelvan otra vez con el maltratador.
Pero ahora con este Estado de Alarma no podemos hacer ese acompañamiento presencial
Lo estamos haciendo a través del teléfono, a través de nuestra red de Facebook, red de mujeres, a través del Whassap porque a veces hasta nos dificulta a la hora llamarnos por teléfono porque ellos “están al quite”… Están al lado de ellas. Las que tienen casas no muy grandes, ellos se enteran y ellas aprovechan cuando él va a tirar la basura o va a comprar y nos llama o hablamos por whassap.
Y lo que estamos recibiendo ahora también, son muchos mensajes de whassap de hijos e hijas porque antes se iban al instituto y no estaban tanto tiempo en casa.
MJAND.- Qué está suponiendo para ellos tener constancia de una situación real de maltrato de la que no tenían información y no vivían de manera presencial?
ABELLA: Al estar en casa, se están dando cuenta cómo el padre maltrata a la madre, y tienen miedo y se preguntan: “¿Qué puedo hacer?. Mi madre no lo quiere reconocer”. Tampoco pueden hablar a solas con ellas,por lo que tenemos una red también de adolescentes, supervivientes de violencia de genero, que nos ayudan y están con ellas todo el tiempo, para bueno, en cualquier momento puedan pedir ayuda y conseguir que la madre rompa el silencio.
MJAND.- ¿Y qué ocurre con las que son invisibles?
ABELLA.- Nos llaman por teléfono, nos escriben correo, nos mandan al whassap… por todos los medios, tenemos una sede en Mairena del Aljarafe, se acercan ahí también. Nos las derivan de muchos Servicios Sociales de CIM y PIM, que la mujer sigue con el maltratador y no saben ellas ya como hacer para que lo dejen, entonces nosotras, las ayudamos, como he dicho, en todo lo posible.
Complementamos los recursos que existen, no los duplicamos, y lo hacemos como una amiga. Hay mujeres a las que, cuando salen de las casas de acogida, las ayudamos, con nuestra escuela de empoderamiento, para que recuperen sus vidas. No como victimas dependientes de un subsidio, sino como mujeres empoderadas con un trabajo digno y lideres de su vida.
También un programa de inserción laboral, pero no cualquier tipo de trabajo, porque parece que si has sido maltratada, el canal de inserción laboral que nos dejan es, trabajos invisibles poco remunerados, sin prestigio social que nos esta llevando a la exclusión.
Desde Fundación Ana Bella llevamos a cabo formaciones en empoderamiento para que las mujeres valore lo que son…
Que no son victimas, sino son supervivientes o superadoras. Que se atrevan a soñar, porque la mayoría de las mujeres no nos atrevemos a soñar a lo grande. Que definan bien lo que quieren conseguir y que pasen a la acción para conseguirlo.
Pasan por un trabajo trampolín como embajadoras de marca que son trabajos de cara al publico. Trabajos que te empoderan porque los clientes y las clientas, te dicen gracias todos los día. Te pones el uniforme de la marca, eres la imagen frente a los clientes y las clientas, estas al final de la cadena de valor y eso te empodera, más que trabajos invisibles, además que se gana más.
A raíz de ese trabajo trampolín, las ayudamos para que consigan el trabajo acorde a sus aspiraciones personales. Está acción dio como resultado que el año pasado, dos mil ochocientas setenta y cinco mujeres se beneficiaran de este programa en toda España, consiguiendo una inserción laboral en trabajos que coincidan con sus sueños.
MJAND.- Todas las autoridades, desde el Gobierno Central como desde el Autonómico, han recordado a estas mujeres maltratadas que se tienen que quedar en casa encerradas con su maltratador ¿Ese reconocimiento significa que no se está olvidando a todas estas mujeres que van a tener que sufrir tantísimo?. ¿Qué más se puede hacer para poder ayudarlas?
ABELLA.- Todos los anuncios que estoy viendo del coronavirus, que también pusieran muchos anuncios para animar a la mujer a romper el silencio y a pedir ayuda. Eso lo podrían hacer, también, no solamente en este momento de crisis, que para las mujeres que estamos siendo, bueno que hemos sido maltratadas o las que están siendo ahora mismo maltratadas por sus parejas, y que en España son, una de cada diez mujeres
Eso significa que más de dos millones de mujeres, (poco más del 20%) pedimos ayuda. Es decir que hay mas de un millón y medio de mujeres maltratadas ahora mismo invisibles, para su familia, para sus compañeros y compañeras de trabajo, para sus amigas, para las administraciones públicas… Y si tu no pides ayuda no vas a recibir esas ayudas diseñadas para ella.
Lo que podemos hacer todos y todas, no solamente en este tiempo de crisis, sino cualquier otro día, es actuar como agentes de cambio. Si sospechamos que una amiga, que un familiar, que una compañera, está siendo maltratada hay que actuar, acercarte a ella y decírselo. “Mira desde que tienes esta pareja yo no te veo feliz, o te veo que en el trabajo estás más despistada… Te echamos de menos porque ya no vienes con nosotras al baile, a a hacer senderismo. Te hemos perdido, no te veo feliz, te veo mas demacrada”.
¡HAY QUE DECIRLES LA VERDAD!
MJAND.- Pero muchas de ellas lo niegan
ABELLA.-Ellas normalmente lo va a negar pero si todo el mundo hiciéramos eso, las mujeres reaccionarían antes y no habría mas asesinatos. No se dan cuenta de que están siendo maltratadas pero cuando por la mañana se levanta y se lave la cara, nosotros y nosotras seremos ese espejo el que ellas se miren, y digan: “María me ha dicho que me ve muy demacrada, mi jefe me ha dicho que no me ve en el trabajo tan bien como lo hacia antes, Pilar me ha dicho que ya no voy con ella a la discoteca. Julián me ha dicho que ve él me trata como a una niña chica que no ve que me trate bien”.
Todos esos imput, van a hacer que ella se de cuenta que algo pasa con su relación, y en vez de durar once años, como me ocurrió a mi, será nueve años, cinco años, cuatro años… Será menos tiempo. El tiempo de reacción será mas corto si la gente de alrededor le dice a la mujer que algo está pasando. A mí, mi hermana me ha visto cardenales en el cuello y yo le he dicho que era mi hijo que me daba pelliscos cuando le daba el pecho… Fin de la conversación.
Estoy convencida de que si mi hermana me hubiera dedicado cinco minutos más, le hubiera contado la verdad
MJAND.- ¿Y si esa mujer te dice que no te metas en sus asuntos?
ABELLA.- No importa, tu ofrécele tu ayuda y dile que: “te entiendo, pero tienes mi teléfono del trabajo, el personal, o vivo en el 2º D, cuando tu quieras, necesites hablar, aquí estoy yo.”
Dile que tu la vas a escuchar. A lo mejor nunca más vas a coincidir con esta mujer. Probablemente pasen dos años, tres meses, dos días y coincides otra vez con ella. Y si estáis a solas y se acuerda que tú le has dicho que si necesitaba hablar ahí estarías, y se da cuenta que sabes lo que esta pasando y de repente se pone a llorar… Pues mira, aquí la “buena noticia del día” porque no hay que estudiar una carrera de psicología, ni de trabajo social, ni ser policía, simplemente hay que ser persona humana y escucharla.
Sin querer le vamos a decir: “pero chiquilla no llores”. Déjala que llore, porque a lo mejor es el único espacio que tiene de confidencialidad para poder llorar.
Yo cuando iba a Madrid, me hacia pasar por una paciente en la consulta de una cirujana. Ella me contaba lo que estaba viviendo, era el único espacio donde podía contármelo. Finalmente se ha divorciado, no ha podido denunciar porque es un alto cargo en un ministerio, pero está en otra ciudad, es feliz y ha cambiado su vida.
Si una mujer te cuenta su relato, le vamos a preguntar que cómo no se ha dado cuenta
Tú que eres ingeniera, o tú que eres periodista, ¿como no te has dado cuenta? ¿Por qué no te fuiste cuando te dio el primer tortazo o aquel día que te dije: ves yo lo sabía? Hay que tener cuidado con esas preguntas porque entonces esta mujer se va a sentir culpable de no haberse dado cuenta y en vez de abrirse a ti se va a cerrar y vamos a conseguir el efecto contrario: que se sienta culpable.
Eso es lo que tiene que cambiar la sociedad. Las mujeres profesionales no lo cuentan, ¿Por qué?. Porque todavía se pone en cuestión su profesionalidad en vez de recriminar la conducta del maltratador. Si una mujer que es una alta directiva y dice que ha sido maltratada, enseguida dicen pero “¿tu que eres la presidenta de esto? ¿Por qué te has dejado maltratar? ¿Cómo no te has dado cuenta?”… En vez de:
¿Y este hombre… cómo ha sido capaz de hacer ésto?
Por eso apelamos a que la sociedad es aquí donde se tiene que implicar. Creer siempre a la victima, apoyarla y recriminar la conducta de los maltratadores y recriminarlos. Si tu eres cariñosa la podrás abrazar, coger la mano, dejarla llorar, respetar su silencio… Te contará cosas que te parecerá ciencia ficción pero creela porque es verdad.
MJAND.- ¿Pero la mujer lo cuenta todo?
ABELLA.- La mayoría de las veces no contamos todo y lo que contamos nos parece subrealista pero es que es verdad que nos pasa eso. Escúchala. No le hagas preguntas, si acaso palabras de aliento como: “gracias por contármelo, qué valiente has sido”. Y cuando termine su relato, simplemente decirle “¿Cómo te puedo ayudar?”.
Tenemos que apoyarla, acompañarla para que se asesore. No a denunciar, salvo que sea un caso fragante que él la vaya a matar. Cuando una mujer se abre así y te da su confianza, ha aguatando muchos años esos maltratos. No es que pase una cosa concreta pero a lo mejor ese día, si tu ves que está en peligro de muerte sí; tienes que ir a la policía. Pero normalmente vamos a asesorarnos sobre qué puedes hacer y no hay que apabullarla pero sí decir la vamos a acompañar.
MJAND.- ¿Cuándo decide una mujer que hay que dejar una relación?
ABELLA.-Hay tres momentos en los que las mujeres reaccionamos y dejamos la relación:
- Cuando es cuestión de vida o muerte, como ya he contado que me paso a mi y le pasa a muchas mujeres.
- Cuando empiezan a pegar a nuestros hijos y a nuestras hijas.
- Cuando un familiar o alguien cercano te saca de esa relación.
Que importante es la gente de alrededor para acabar con la violencia de genero, que ejercen algunos hombres. Las personas que está junto a nosotras tienen ahora la clave.
En España tenemos las mejores leyes. Tenemos muchísimas medidas… lo que falta es que toda la sociedad se implique
En la Fundación Ana Bella acudimos a grandes empresas formando a sus plantillas para que actúen como agentes de cambio; porque yo no me daba cuenta de que estaba siendo maltratada, pero quien sí se puede dar cuenta son nuestros compañeros y compañeras de trabajo que pasan con nosotras ocho horas al día.
Entonces vamos y formamos que es la Violencia de Genero. Las formas en que se ejerce, detectar esa voz de alarma que te pueden dar las pautas que tu compañera esta siendo maltratada para poder ayudarla a romper el silencio.
Con estas empresas creamos un Protocolo de Actuación en caso de Violencia de Genero, que no esta obligado por Ley, pero así estamos acelerando los cambios sociales y ya veréis como pronto estará obligado por ley. Con este protocolo, la mayoría de las empresas ponen mas medidas de las que obliga la Ley y estamos consiguiendo que el lugar de trabajo sea un espacio seguro para romper el silencio y salir de estas relaciones, siendo apoyadas por sus compañeros y compañeras de trabajo.
MJAND.- ¿Cómo se organiza la Fundación Ana Bella y su red de voluntarias?
ABELLA.- Allí donde haya una voluntaria hay una sede. Tenemos voluntarias en setenta y dos países y sedes en trece países aunque esperamos que sean más. Tenemos presencia en Argentina, en Mexico, en Estados Unidos, en Canada, en Guinea Visau, en Rumania, en Colombia, en Perú; en España por supuesto. Todo es por el idioma español, casi todo pero ahora también queremos incluir el Portugués, pero claro todo lleva tiempo y también dinero y nosotras, por ahora, no recibimos ayudas institucionales porque, la verdad, no la hemos pedido.
Lo que sí quiero es apelar a que la gente que nos lee se pueda unir a nuestra red de mujeres porque se pueden hacer socias
Nosotras utilizamos nuestro amor, nuestro tiempo y nuestra empatía para ayudar a otras mujeres, pero es verdad que cuando salen de las casas de acogidas con una ayuda de 426 euros, no es suficiente para salir de la exclusión hasta que encuentran un trabajo. Y ahí es donde nosotras estamos ayudándoles como hace unos días que hicimos un ingreso de trescientos euros a una mujer que se había quedado con diecinueve euros encerrada en su casa. Una superviviente de violencia que la violó su pareja cuando salió de la cárce… ¡IMAGÍNATE!.
MJAND.- No, no me lo imagino… no puedo, me cuesta.
ABELLA.- Ella estaba limpiando en una empres. Le han hecho un ERTE. Ganaba cuatrocientos cincuenta euros que es lo que le cuesta el alquiler y diecinueve euros lo que le quedaba en el bolsillo, así que le hemos tenido que dejar esos trescientos euros y conseguido que una empresa le lleve comida… En fin, no tenía amigas y ya sí tiene un montón de amigas que han pasado lo mismo que ella.
A ver cuando salga esta situación, si conseguimos que entre a trabajar por más horas, para que pueda salir adelante. Por eso os digo que también hace falta medios , ya que nosotras complementamos los recursos que existen, pero éstos no siempre son suficientes para que las mujeres salgan de la exclusión.
Aquí también hago un llamamiento a la solidaridad de la gente porque aunque sea un euro al mes, nosotras lo transformamos. Con eso, cada persona que se hace socia de la fundación Ana Bella Ayudará. Actualmente tenemos muy poquitas, la verdad, y aunque tenemos muchas voluntarias no llegamos ni a doscientas socias, pero cada persona que se hace socia, significa que es una mujer más que sabemos que vamos a poder ayudar.
MJAND.- ¿Nos podría contar algún ejemplo de cómo llevan a cabo algunas de sus acciones con mujeres que sospechan pueden estar siendo maltratadas?
ABELLA.- No hace mucho hicimos una formación en una empresa. Una de las empleadas nos contó que pensaba que una de sus compañeras estaba siendo maltratada. Nos dijo que: “Viene con cuello vuelto en verano, y a veces hasta con gafas de sol. Él la trae y la recoge siempre del trabajo: ojo que tu marido te recoja del trabajo no quiere decir que te esté maltratando, pero ¡cómo lo hace!. Cuando llega hace sonar el claxón y ella corriendo. Se va y se pone nerviosa… Ella se pone muy nerviosa cuando él llega y ella todavía no ha terminado. Es la única que me pide los horarios el domingo y si hago algún cambio después, se inquieta. A veces le he visto cardenales para los que no tiene explicación. O qué raro que siempre es una torpe en su casa y yo nunca la veo que se caiga ni que lo sea aquí trabajando”.
Después de este relato, sospechamos que estaba siendo maltratada. Hicimos una estrategia y entramos en una habitación del hotel que ella tenia que limpiar, como si fuéramos una clienta. Nos ganamos su confianza durante dos o tres días, hasta que conseguimos que rompiera el silencio. Lo contó todo.
Su jefa y sus compañeras fueron con ella al juicio como testigos
MJAND.- ¿También las voluntarias de la Fundación Ana Bella acompañan a las víctimas de violencia en los juicios?
ABELLA.- Eso es una de las cosas que también hacemos en la Fundación Ana Bella. Vamos a los juicios acompañando a las mujeres, porque normalmente vamos solas. Somos las raras, las que nunca hemos contado nada.
Ellos de cara al exterior son encantadores, magníficos y dicen que esta mujer me está denunciando por malos tratos porque quiere la casa y la custodia”, cuando las mujeres no queremos denunciar… Nos cuesta mucho denunciar al padre de nuestros hijos, pensamos que van a ir a la cárcel por nuestra culpa pero no es así. Si van a la cárcel es porque han cometido un delito, pero así nos sentimos nosotras.
La mayoría de las mujeres no denunciamos y si lo hace hay que creerla. Es el único delito en el que las victimas no queremos venganza del criminal, lo único que queremos es que nos dejen en paz.
Y claro los jueces y las juezas se dan cuenta de que hay un lenguaje no verbal y observan. Él tiene credibilidad porque va acompañado de mucha gente y nosotras vamos casi siempre solitas.
MJAND.- ¿Por qué van solas?
ABELLA.- No es porque nuestras familias no nos apoyes. Nuestras familias normalmente lo hacen, pero nos sentimos nerviosas si viene mi padre o mi hermano. Imagínate que escuchan lo que este hombre me ha hecho. Es que mi padre se arruina la vida. es que mi hermano lo mata… Asi de claro. Este es el motivo por el que no vamos con nuestras familias porque nos da vergüenza contar lo que este hombre nos ha hecho delante de ellos o vamos a estar mas pendientes de cómo van a reaccionar los que nos quieres y están cerca de nosotras.
También es fundamental que tus compañeros y compañeras de trabajo te apoyen y vayan contigo al juicio, nos son testigos ni tienen que ir de testigos… simplemente acompañarte, eso ya es genial, porque la mujer se siente creída.
En la historia que he contado antes, la mujer ganó el juicio y se divorció. Ahora nos manda una foto en la que está ella en la playa en Barcelona… Diecisiete años viviendo en Barcelona y él le había prohibido ir al mar.
“En la Barceloneta… Hoy es el día más feliz de mi vida. Por fin conozco el mar”
MJAND.- Todo esto que me cuentas es realmente muy emocionante
ABELLA.- No nos hace falta un Estado de Alarma. Lo que decía antes: Las mujeres que somos maltratadasvivimos confinadas con estos maltratadores, aunque tengamos las llaves de la casa.
Yo llamé al teléfono de ayuda antes de irme de mi casa y lo hice no porque yo me sintiera maltratada, simplemente para hacer una pregunta legal, si yo me podía separar aunque mi marido no quisiera.
Me dijeron que tenia que pedir una cita con una asesora jurídica que me iba a explicar todo cómo se podía hacer. Les dije que yo no podía ir ellos me preguntaron que ¿Por qué?, ¿Tienes las llaves de tu casa?, yo si, ¿Tienes coche? Sí, ¿Hay autobús donde tu vives? Sí, ¿Por qué no te puedes acercar?
Con veintinueve años mi respuesta fue… “No puedo salir de mi casa sola”
Mi cárcel era mental. Once años atrás él estaba durmiendo la siesta y yo me fui a comprar a la tienda de la esquina. Cuando volví, me empujo contra la pared, me insultó, me acorraló y me preguntó que qué había hecho. Yo no entendía nada. Así que cogí mi ropa, la eché en la maleta, porque me iba a ir y él me sentó, me “tranquilizó”, y me dijo: “mira, tú te has ido y no sé dónde estabas. Imagínate que te coge un coche, que te violan, que te secuestran, que te roban, que tienes un infarto en medio de la calle. Y ahora yo no sé dónde estás. Yo soy responsable de ti ante tu familia, ante la policía”… Cuatro horas así y yo acabe pensando: “es verdad, que mala he sido, que he salido de casa sola sin decirle él adónde voy”.
Yo fui a la tienda de la esquina, pero ya no tenía amigas ni gente a la que contarle esto. Once años después había aprendido que no podía salir sola de mi casa, sin decirle dónde iba a esta o adónde iba a ir.
MJAND.- ¿Qué hacéis para que esas mujeres se puedan liberar?
ABELLA.- Lo que nosotras hacemos es ayudar a que las mujeres se liberen de estas relaciones abusivas. Vamos a colegios, a institutos, a universidades para enseñar a identificar cuáles son esas señales de alarma que se confunden con los mitos del amor romántico- Para que las adolescentes no caigan o no empiecen esas relaciones abusivas que pueden derivar en un maltrato y hasta en un asesinato.
Lo que procuramos hacer, sobre todo, es ayudar a las mujeres y para esto nos hace falta fondos. Ahora con esta parálisis económica las empresas que nos ayudaban han parado, y estamos preocupadas de verdad por cómo poder seguir ayudando. Por eso digo que quien quiera que se nos una, como voluntaria, como socia, donando lo que sea porque la Fundación Ana Bella se lo da todo a la mujer que más lo necesita.
Hay que hacer todo lo posible para visibilizar el talento de las mujeres. No somos víctimas para siempre, sino al contrario.
Nosotras no somos el problema… somos parte de la solución. El problema son los hombre que siguen ejerciendo la violencia, no nosotras
A todas las mujeres que ahora mismo sientan que pueden estar siendo maltratadas les digo:
No hay que tener más miedo para vivir con el maltratador que para romper el silencio y volver a ser feliz… Merecen ser felices
Hacer esta entrevista no fue nada fácil… Escribirla tampoco pero en estos momentos de crisis. En estos momentos en los que tantas mujeres sentirán un miedo indescriptible y la soledad infinita de estar encerradas con su maltratador, había que darles voz, visibilidad y amor.
Gracias Ana Bella por tu testimonio, por tu generosidad sin límites, por tu tiempo, por tu sinceridad. Por abrir de par en par tu corazón…
GRACIAS POR SER UNA MUJER (TAN) VALIENTE
Teléfonos de ayuda a la mujer que sufre violencia de genero: 016, 112 y en Andalucía el 900 200 999.
Gracias, Yolanda Moreno porque sin ti y sin tu tiempo el trabajo en Mujeres Valientes sería más difícil… ¡Tenemos mucho que hacer y mucho que contar en este largo encierro!.
No Comments