Solidaridad y amor... El ejemplo de una mujer gitana. Mujeres Valientes

Solidaridad y amor… El ejemplo de una mujer gitana

…onSolidaridad y amor... El ejemplo de una mujer gitana. Mujeres Valientes

 

La solidaridad es algo que debemos practicar más, y eso es lo que ha hecho durante toda su vida, una mujer que por su condición es un ejemplo para todos… Ella es Mª Ángeles González Heredia.

La historia de Mª Ángeles es una historia de esperanza, de conciencia plena, de actitud, y de aptitud ante la vida y las pruebas que ésta nos pone.

Es la tercera de siete hermanos. Sus padres, Juan Luis y Manuela, tienen una historia digna de ser conocida, porque sin duda cumple con todo lo que estereotipadamente ya nos imaginamos sobre las relaciones entre personas gitanas y no gitanas.

Su padre, no era gitano. Era de una familia bien acomodada de Jerez de la Frontera (Cádiz). Manuela, su madre, una humilde gitana de un barrio de Jerez. Ambos se enamoraron muy jóvenes y se casaron con la familia de él en contra.

Jamás aceptarían su matrimonio, ni tampoco a la familia que formó con Manuela. Juan Luis murió muy joven, y Manuela tuvo que sacar a sus hijos adelante sola. Jamás tuvo ayuda de la familia de su marido.

Su hija, de pequeña, cuenta que en el colegio no tenía amigas porque sabían que era gitana. De hecho, en el patio siempre estaba sola. Decidió no decir su segundo apellido, Heredia, para tener amigas y así evitar el rechazo social en su entorno.

Cuando su padre murió, tenía 13 años, y como eran muchos de familia, se salió del colegio y se puso a trabajar como aprendiz de costurera. Ese oficio, aunque le gustaba, no daba suficiente dinero para ayudar en casa, por lo que, cuenta que se tuvo que ir a una casa a “servir”.

 

Solidaridad… El motor de la vida de Ángeles González Heredia

 

A los 15 años conoció a Luis, su marido, con el que ya lleva 41 años casada. A ellos tampoco se lo pusieron fácil en su entorno, pero recuerda como sus suegros, les dijeron; Casaros, que el amor no entiende de etnias.

Tuvieron dos hijas; Mª Ángeles y Saida. De ellas, ya tiene tres nietos que son su alegría; Candela de 11, Pablo de 8 y Mario de 3 años.

Recuerda cómo volvió a retomar sus estudios. Dice, que cuando las niñas eran pequeñas, ella cuando traían tareas del colegio, no les podía ayudar. Así que decidió apuntarse a un centro de adultos y allí se sacó su Graduado Escolar.

Como le gustaba mucho aprender, decidió continuar y estudió la FP Sanitaria, con lo que se convirtió en Auxiliar de Clínica, trabajo que actualmente desempeña y que la ha llevado a tener un expediente de más de 23 años de servicio.

Mª Ángeles y Luis, han hecho de todo, para sacar a sus hijas adelante con la ayuda de su madre y sus suegros. Cuenta cómo se quedaban con las niñas para que ella fuese al instituto o a hacer los muchos cursos complementarios que, a día de hoy, le han servido para conseguir su objetivo y llegar a tener una plaza fija.

En la actualidad, y gracias a su perseverancia y constancia tiene su oposición aprobada y es funcionaria del SAS.

 

En medio de tanta actividad, siempre sacó tiempo para ser solidaria y devolver a la sociedad, lo que ella consideraba que era de recibo

 

Dice que, durante esos años, era voluntaria en Pro-Derechos Humanos de Andalucía, en Jerez de la Frontera. Allí llegó a pertenecer a la ejecutiva, pero, de lo que más orgullosa está, es de la labor que hizo en las cárceles y con las personas gitanas más necesitadas.

Recuerda como, a partir de una iniciativa llevada al ayuntamiento, se consiguió trabajar con los campamentos de personas que anualmente llegaban a la Feria de Jerez para buscarse la vida esos días.

También piensa en cómo esos campamentos estaban llenos de personas gitanas con muchos hijos menores y cómo había que hacer algo para que esos menores, tuviesen clase esos días de paso evitar así el fracaso escolar.

Lo consiguió y logró junto a su ONG, que el ayuntamiento librase una partida presupuestaria para que anualmente (en la actualidad se sigue haciendo), esos menores tuvieran asistencia escolar, de alimentación, y apoyo sanitario durante las semanas que estuvieran sus padres y madres, trabajando en la feria.

Se siente orgullosa de su vida. De la que ha construido. De sus valores, de los que le dieron sus padres, y por los que ha seguido peleando e inculcando a sus hijas y ahora a sus nietos.

 

Es generosa, y sabe, que, en la vida, lo importante es saber quién eres y de dónde vienes

 

Ella, lo sabe, se presenta siempre diciendo: Soy Mª Ángeles González Heredia, y soy gitana. Sus valores morales, su empatía con las personas más débiles, y su acento jerezano, la hacen única.

El valor de lo aprendido, la hace caminar con el paso firme, y la sonrisa puesta. Nadie le ha regalado nada, pero ahora que trata de mirar su vida con retrospectiva, entiende que el amor se proyecta, y eso es lo que ha ido sembrando y está recogiendo, a lo largo de su vida, esta mujer gitana valiente.

Marga Fernández
margarlochi@hotmail.com
1 Comment
  • Rosario D. R.
    Posted at 21:42h, 19 octubre Responder

    Doy fe de que es una persona estupenda, trabajadora, buena compañera, agradecida, generosa… No se le puede poner una pega.
    Se merece todo lo bueno que le pase.

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