22 Ene Santa Teresa de Jesús, una vida de plegarias atendidas
La vida de Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada no fue fácil. Consiguió lo que quería, pero por el camino dejó mucho dolor y muchas lágrimas, muchas dudas y mucha desesperanza…De su propia experiencia tal vez surgió una de sus citas más célebres: “Se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por aquellas que permanecen desatendidas”.
De esta frase debió tomar buena nota el escritor estadounidense Truman Capote, que tituló precisamente así “Plegarias Atendidas”, su última obra y fue ese libro el que le hizo sentir en primera persona eso de llorar por los deseos atendidos… Además de ser un escritor de éxito, el sueño de Truman Capote era codearse con la jet-set internacional, una jet-set que retrató en su “Plegarias Atendidas” y a la que no gustó nada la descripción que de ellos hacía el escritor, al que borraron de su agenda y expulsaron de su olimpo.
Pero volvamos a Teresa de Ahumada, conocida por todos como Teresa de Ávila o Teresa de Jesús. La fundadora de las carmelitas descalzas y Doctora de la Iglesia Católica nace en la localidad avilesa de Gotarrendura en 1515. Aficionada a la lectura de libros de caballerías y de santos, desde sus primeros años mostró una imaginación vehemente y apasionada. A los 7 años convenció a su hermano Rodrigo para que se fugase con ella de casa y se fueran a tierras de infieles para que los martirizaran. A los 13 años pierde a su madre y se hace más patente su carácter rebelde. Comienza a pintarse y a galantear con sus primos y su padre decide internarla en el convento de las Agustinas de Gracia de Ávila, donde se educaban doncellas nobles.
Más tarde es ella la que quiere ingresar en un convento, el de la Encarnación de Ávila, pero su padre se opone a ello y se fuga de casa. Durante su estancia en el convento empeora su salud, padece desmayos, una cardiopatía no definida y otras molestias. Para curarla, su padre decide llevarla a casa de una de sus hermanas.
Algunos años después, estando en casa de su padre, Teresa padece un paroxismo que casi la lleva a la muerte. Cuentan que en el convento de la Encarnación le prepararon su sepultura e incluso le celebraron un funeral, pero cuatro días después Teresa vuelve en si y pide que la lleven de vuelta al convento.
Comienzan entonces los años oscuros de la santa en los que se mezclan estados de desesperanza y periodos de oración, hasta que rondando los 40 años tiene lugar su conversión definitiva tras la vista de una talla policromada de lo que ella definió como un Cristo muy llagado. A partir de ahí comienzan sus primeras visiones y sus miedos de estar siendo engañada por el demonio. Acusada de enseñar cosas de alumbrados, Santa Teresa tuvo que defenderse ante el Tribunal de la Inquisición.
Teresa quería fundar en Ávila un monasterio para la estricta observancia de la regla de su orden, que comprendía la obligación de la pobreza, de la soledad y del silencio. Tras un par de años de lucha recibe la bula papal que le permite abrir el monasterio de la nueva Orden de las Carmelitas Descalzas de San José.
Santa Teresa muere en Alba de Tormes en octubre de 1582. Nueve meses después de su muerte abrieron el ataud y encontraron su cuerpo incorrupto. Tras varios traslados de lugar separaron varias partes de su anatomía que repartieron por distintos puntos de la geografía. En el altar mayor de la Iglesia de la Anunciación de Nuestra Señora de Alba de Tormes se encuentra su cuerpo incorrupto, mientras que el museo alberga dos relicarios con el brazo izquierdo y el corazón de la santa.
El pie derecho y parte de la mandíbula superior están en Roma… La mano izquierda en Lisboa… El ojo izquierdo y la mano derecha en Ronda (esa fue la famosa mano que Franco conservó hasta su muerte, tras recuperarla las tropas franquistas de manos republicana durante la Guerra Civil)… Además, en la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto de París hay un dedo de la santa y otro en Sanlúcar de Barrameda.
Con una importante obra literaria y mística, la intensa vida de Teresa de Ahumada ha sido llevada al cine y la televisión. Juan de Orduña dirigió en 1961 la película ‘Santa Teresa de Jesús’ y en 1984 Josefina Molina rodó una nueva película con el mismo título y la versionó después en capítulos para TVE, siendo Concha Velasco la encargada de interpretar a la santa… Una Santa Teresa que aparece también en uno de los capítulos de Los Simpson.
Toñi Bepa
Posted at 18:50h, 22 eneroGenial Mamen!!!
Mujeres Valientes
Posted at 19:02h, 23 eneroGracias por dejarnos tu comentario. Efectivamente todos los perfiles que hace Mamen Gil sobre Mujeres en la Historia son geniales por la manera diferente de transmitirnos vidas increíbles como, en este caso, la de Santa Teresa de Jesús.