Ruby Violet Payne-Scott, el matrimonio le costó su puesto de trabajo

Ruby Violet Payne-Scott, una de las investigadoras más importantes del siglo XX

 

RUBY VIOLET PAYNE-SCOTT

 

Estar casada y trabajar no era compatible en algunos países hasta mediados del siglo pasado. Daba igual que fueras una científica revolucionaria y pionera de la radioastronomía. Tu trabajo no servía apenas de nada si decidías dar el sí quiero. Eso es lo que le pasó a la australiana Ruby Violet Payne-Scott, una de las investigadoras más importantes del siglo XX.

Ruby nació en la localidad australiana de Grafton el 28 de mayo de 1912. Desde muy pequeñita ya mostraba sus grandes aptitudes para las físicas y las matemáticas y consigue algo poco común para las mujeres de la época, dos becas que le permitieron estudiar en la Universidad de Sidney. Fue la única mujer de la clase, consiguió su Grado de Física con honores y entró como investigadora asistente en el Laboratorio de Investigación del Cáncer de la propia Universidad, donde participó en varios estudios, uno de ellos determinó que el magnetismo de la tierra no afectaba a los seres vivos.

 

Estar casada y trabajar no era compatible en algunos países hasta mediados del siglo pasado

 

Obtuvo su Máster en Física, pero ante la falta de oportunidades para la promoción académica o científica de las mujeres de la época, Ruby Violet siguió estudiando y estuvo su Diploma en Educación, lo que le permitió conseguir trabajo como profesora de ciencias, trabajo que desempeñó hasta que consiguió un contrato en la Amalgamated Wireless Australasia, una empresa de tecnología y comunicaciones. Entró como bibliotecaria, pero muy pronto ocupó el puesto de radioingeniera.

La gran oportunidad para ejercer su trabajo le llegó con la Segunda Guerra Mundial, al ser contratada por el Gobierno Australiano para trabajar en la División de Radiofísica de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization, la actual CSIRO. Junto a su compañera Joan Freeman, fueron las dos primeras mujeres en trabajar en ese departamento. Clasificada como de alto secreto, su tarea era colaborar en el desarrollo de radares defensivos contra posibles ataques japoneses .

Finalizada la guerra se centró en la radioastronomía. Junto a Joseph Pawsey, Lindsay McCready, Chris Christianson, Alec Little y Marie Coutts. Se dedicó a estudiar el ruido proveniente del sol y su correlación con las manchas solares y trabajaron en el ámbito de las erupciones solares. Durante esos trabajos, Ruby descubrió las erupciones solares del tipo I y III y participó activamente en la II y la IV. Ruby también tuvo un papel destacado en un experimento realizado en enero de 1946, cuando el interferómetro de los acantilados de Dover fue utilizado para determinar la posición y el tamaño angular de una exposición solar. Su grupo de investigación también instauró las bases matemáticas para el futuro desarrollo de la investigación en radioastronomía y determinaron la temperatura de la superficie del sol.

 

Las mujeres casadas no podían tener un puesto fijo en las entidades públicas

 

Ruby Violet era feliz con su trabajo, pero como le ocurriera a otras muchas mujeres valientes, nació en la época equivocada. Las condiciones laborales de las mujeres australianas en aquellos años eran totalmente discriminatorias: cobraban menos que sus compañeros hombres, no podían fumar, no podían vestir pantalones cortos, las mujeres casadas no podían tener un puesto fijo en las entidades públicas y solo podían acceder a puestos temporales, tampoco podían ascender.

A Ruby Violet Payne-Scott no les gustaban estas normas y varias veces se quejó de ello, lo que le originó algún que otro problema, incluso, fue sometida a vigilancia por parte de la Agencia Australiana de Seguridad. En 1944 decide contraer matrimonio con William Holman Hall, pero lo hace en secreto para evitar perder así su puesto de trabajo permanente y su pensión. Pero ese matrimonio solo pudo mantenerse en secreto durante seis años, en 1950 se descubre que estaba casada y se ve obligada a comenzar una larga batalla administrativa para proteger su puesto de investigadora.

 

En 1944 decide contraer matrimonio con William Holman Hall, pero lo hace en secreto para evitar perder así su puesto de trabajo

 

El sistema ganó la partida y justo antes del nacimiento de su primer hijo, Ruby se vio obligada a elegir entre su familia y la investigación. Ganó la familia y al final no tuvo más remedio que anunciar: “Siento dejar la investigación en la que tanto he trabajado y el laboratorio y los amigos que tan felices me han hecho. Si todo va bien, no pienso volver a la radiofísica en algunos años”… Nunca volvió, lo que sí hizo fue trabajar como profesora de matemáticas y física desde 1963 hasta 1974.

En 1966 el gobierno australiano deroga la ley que impedía a las mujeres tener un puesto fijo en la administración pública, pero ella decide continuar con sus clases. Los últimos años de su vida estuvieron marcados por el Alzheimer y muere el 25 de mayo de 1981, tres días antes de cumplir 69 años. Su legado continúa vivo y la propio CSIRO (la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization) concede cada año los Premios Payne-Scott, que apoyan a las mujeres investigadoras a reanudar su carrera después de ser madres.

 

Mamen Gil es periodista. La directora de Contenidos de Mujeres Valientes es la más sensible de las componentes de este equipo, por este motivo es, probablemente, la más creativa de todas.

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