Pocahontas... Cuando la libertad es poder elegir. Mujeres Valientes

Pocahontas, cuando la libertad no está en la película Disney

Voy a hablaros de la falsa humildad, de cómo durante años ha estado ahogando a las mujeres. Voy a pretender que sientas cómo vive una persona ahogada con el lastre de la perfección, impoluta a la hora de vivir haciendo lo que los demás esperan. Y voy a hacerlo al amparo de algo que de forma muy acertada Albert Camus escribió un día:

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“No nos perdonan nuestra felicidad y nuestros éxitos si no consentimos generosamente en compartirlos. Pero para ser feliz no hay que ocuparse demasiado en los otros. Luego, no hay salida posible: feliz y o juzgado, o bien absuelto y miserable”

¡Oye mujer! ¡Si tú! Quiero decirte algo. Puedes tener hijos ¡O NO! Puedes casarte ¡O NO! Puedes depilarte ¡O NO! Y si de vez en cuando mandas a la mierda a quien pretende entrometerse en tu vida y tacharte de egoísta o de mala mujer (idiota atrevimiento) por elegir, por hacer uso de tu capacidad de decidir, eso sería lo más adecuado. En palabras de Albert Camus “feliz y juzgado, o bien absuelto y miserable” (él fue mucho más correcto que yo al expresar esta idea, pero al fin y al cabo los dos queremos decir lo mismo y además, yo no estoy aquí para ser correcta).

Así que mujer de negocios, mujer de la vida, despeinada o con pestañas postizas, ya sabes qué hacer con tu vecina, con esa que casualmente te cruzas cada día y a la que le fastidia que vengas de trabajar o de recoger a los niños de la guardería mientras ella se anuda el delantal de cuadros rosas más fuerte (la descripción al detalle es porque estoy segura de que todos tenemos una vecina como ella) y te cuestiona acerca de cuándo vas a asentar la cabeza (como si para eso ya no estuvieran los hombros).

Después está esa persona (no voy a ponerle ni nombre, ni sexo ni parentesco, pero me vas a leer y te va a venir a la mente de inmediato)

Lo que te decía, después está el/la incompetente que escupiendo saber y certeza, te da una clase magistral acerca de la soledad y de quién va a cuidarte en tus últimos días y de la miserable vida que te espera porque por culpa de tu egoísmo, si te dedicas a vivir para ti en vez de para los demás… La vida te va a devolver pesadumbre y dolor a mansalva ¿Perdona? ¿Egoísta yo?.

 CONSEJO: Lo que Albert dijo de forma más educada que yo y más vale pronto que tarde

Igual de sano es tener hijos que no tenerlos, casarte que no hacerlo, trabajar que quedarte en casa… necesitamos sentirnos libres y no lo somos y las culpables de no hacerlo somos nosotras mismas.

Yo solo quiero decirte que quizás si a Pocahontas le hubieran preguntado, habría cruzado el charco antes y en vaqueros rotos y que la Cenicienta le hubiese puesto el cubo de la fregona de gorro hasta al hada madrina.

“La única manera de lidiar con un mundo sin libertad es llegar a ser absolutamente libre para que tu existencia misma sea un acto de rebelión”. Albert Camus

Así que ve y destaca y lleva un poco más la contraria cuando no estés de acuerdo. Sé dragón, sé fuego, elige no ser calma, ni certeza, ni perfección. Vive con coraje, pasión, ilusión, fuerza y ganas, ojeras, desastres. Sé catástrofe, dolor, angustia, destierro, desconsuelo. Llora a voces, haz ruido, ríete con fuerza, arregla los enchufes, sintoniza la tele, sube la radio, píntate las uñas, hazte un tatuaje y acuérdate de Albert Camus cuando aparezca el o la impertinente de turno.

¡SÉ LIBRE… MUJER VALIENTE!

Rocío Fernández
rfernandez.diaz87@gmail.com
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