Muros emocionales... Una ayuda para conocernos mejor. Mujeres Valientes. Coach

Muros emocionales… Una ayuda para conocernos mejor

Muros emocionales... Una ayuda para conocernos mejor. Mujeres Valientes. Coach

Cuánto miedo a decir “sí” o “hasta aquí”. A entregarnos, a derrotar o a que nos derroten, a perder o a que nos pierdan. A sentir hastío, vacío, soledad, desidia.

Cuánto miedo a no encontrar el sentido, a que no nos correspondan, a quedar en vergüenza, a no estar a la altura.  Pero resulta que el ser humano es capaz de hacer cosas verdaderamente asombrosas. 

 

PODEMOS HACER COSAS VERDADERAMENTE ASOMBROSAS

 

Podemos caminar 22 metros sobre brasas, pasar 11 días sin pegar ojo, sobrevivir a  9.000 metros de altitud o permanecer sumergidos en hielo durante 1 hora y 12 minutos.

Podemos correr los 100 metros lisos en 9,58 segundos. Soportar sin comer 73 días ( con un aporte de vitaminas y agua), aguantar la respiración durante 15 minutos o recordar 67.890 dígitos de π y somos capaces de soportar una altitud de 4.500 metros antes de perder la conciencia. 

Los límites no son otra cosa sino muros que levantamos. Muros simbólicos e invisibles. Los muros emocionales son útiles, pero mal usados los muros emocionales  nos determinan, nos posicionan, nos enjuician y nos distraen en la búsqueda de ese “DEBO” por encima de ese “PUEDO” y “QUIERO” o “QUIERO”  “PUEDO”.

 

Y ES QUE A VECES NOS CONVERTIMOS EN “ARQUITECTAS INCASABLES LEVANTA MUROS SIN CONSCIENCIA NI CONCIENCIA”

 

Los muros emocionales nos permiten proteger y protegernos. Tienen un gran sentido de utilidad que se desarrolla desde tiempos primitivos, porque el sentirnos seguros es una de las necesidades primarias del ser humano. Fueron útiles para:  salvarnos de bestias y fieras, para huir del enemigo y mantener a salvo a la prole.

Desde entonces han cambiado nuestros peligros, pero no nuestros mecanismos de defensa emocionales, porque nos sirvieron y porque gracias a ellos nos mantuvimos a salvo y cuidamos de los nuestros y eso es fabuloso. Lo que no sabemos es que a veces vivimos tan a salvo que no vivimos.

 

Y ahora, en la era de las personas y del autoconocimiento, los muros emocionales son límites emocionales son ese ¡Hasta aquí hemos llegado! Son ese espacio que te protege, ese “no” dicho a tiempo o esa defensa de tus derechos cuando alguien decide pasarlos por alto.

 

Los límites emocionales forman parte de nuestro autoconocimiento, favorecen el respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás y las relaciones que establecemos con las personas y además regulan nuestro comportamiento. Los límites emocionales son ese espacio en en el que terminas tú y empieza la otra persona o viceversa.

Pero los muros mal determinados, mal gestionados y mal levantados pueden convertirse en esa sonrisa que no se devuelve por miedo a enamorarnos de nuevo. Los muros emocionales están llenos de frases cobardes y decisiones cobardes. Los muros emocionales se levantan porque vivimos con prisa, amamos con prisa, besamos sin tiempo y dejamos pendientes la mayoría de los abrazos que sentimos.

Los muros emocionales son ese país al que no te vas, un traje de chaqueta siempre con corbata, una reunión con tanto protocolo, o los deberes de inglés siempre hechos.

Los muros emocionales o límites emocionales es esa cadena siempre al tobillo que te recuerda de forma constante que no puedes

CONFORMISMO CÓMODO INSACIABLE

 

ESE “NO PUEDO”, “NO VOY A SER CAPAZ” O ESE “Y SI FRACASO”

 

Rocío Fernández
rfernandez.diaz87@gmail.com
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