Letradas... Una profesión de riesgo. Mujeres Valientes

Letradas… Una profesión de riesgo

Letradas... Una profesión de riesgo

 

Letradas… Preparadas para el cambio positivo

 

Tanto Tamara como yo, socias del despacho, Mateos y Huelga Abogados, éramos conscientes de que este escrito no iba a tener trascendencia, pero ambas veíamos de absoluta necesidad un llamamiento a la dignidad de nuestra profesión. No solo como Letradas, sino como personas que prestan un servicio público al ejercer en el turno de oficio, que a día de hoy, sigue siendo un servicio considerado esencial… y que no se nos valora.

Así pues, debemos tener presente que en multitud de ocasiones, nos hemos encontrado con una situación denigrante en nuestra condición de letradas, por parte de los Juzgados y Tribunales, y nos hemos encontrado con falta de asistencia del Colegio de Abogados al que pertenecemos y que pagamos religiosamente todos los meses. 

En el turno de guardias y asistencias, continuamente se nos exige comparecer a una hora correspondiente cuando se nos llama, casi nos obligan a ir “con la lengua fuera”, presionándonos continuamente y tener llamadas del Juzgado incluso cada diez minutos (como si nos estuvieran esperando a nosotros para la asistencia).

Entendemos que la Legislación vigente nos da un margen de tres horas para comparecer ante la autoridad correspondiente, a fin de prestar las asistencias con garantías para los detenidos y para los propios letrados. ¿Dónde está ese margen de tres horas? Es que no nos lo permiten, nos han llegado incluso a llamar, cinco minutos después de la llamada del colegio, sin darnos tiempo ni tan siquiera a ponernos unas botas para salir del despacho, o de casa.

Pero es que es más, cuando llegamos a los Juzgados después de tales requerimientos, que como decimos, nos ha pasado de llamadas cada diez minutos (y muchas de ellas de malas formas), nos encontramos con respuestas como “pues ahora tienes que esperar, porque no está ni el juez, ni el fiscal, ni los detenidos siquiera”.

¿Dónde está la prisa entonces? ¿Por qué un letrado de guardia tiene que comparecer inmediatamente a capricho del Juzgado, casi siempre del funcionario, cuando no se puede hacer la asistencia al faltar operadores esenciales de la Administración de Justicia?

Es decir, me llamas y me metes prisa continuamente, nos llevas con la lengua fuera y a veces asfixiados, y cuando llegamos… te tienes que esperar, porque el Juez, el fiscal o el perito de turno, no está… ehm… yo no entiendo, ¿y vosotros?

No es de recibo que a los Letrados, que somos también operadores de la Administración de Justicia, se nos trate como el último eslabón de una cadena que, ojo, es esencial para la Justicia. Parémonos a reflexionar… ¿Qué sería la Justicia sin abogados? No olvidemos, que sin abogados, Mujeres Valientes, no funcionaría el sistema de justicia. Estarían los funcionarios cruzados de brazos en las oficinas porque no tienen letrados que lleven asuntos a sus mesas… Es que somos el eslabón esencial… Pero nadie lo entiende, nos ven como “cucarachas”. 

¿Por qué si a nosotras (hablando de todo el gremio) se nos exige comparecer ante el Juzgado por mero capricho del funcionario, no podemos exigir que Su Señoría, Fiscalía, que estén presentes desde las 9.00 de la mañana?

Porque en una ocasión, en el Juzgado de Guardia de Cádiz, en ejercicio de su guardia, una de nosotras ha presenciado, cómo a las 10.30 h la han llamado del Juzgado para que se personara allí, y la Sra. Fiscal se presentó en el Juzgado a las 12 de la mañana. ¿Es que no tenemos derecho a exigir como se nos exige a nosotros?

Luego hablamos del trato que se nos dan a los letrados. Mirándonos mal, dándonos malas contestaciones, como si fuéramos la morralla del mundo jurídico, cuando, y esto no lo decimos por mero capricho, con nuestros impuestos, se pagan otras cosas como son SUS SUELDOS, y no nos dan ni un triste buenos días, ni un gracias.

Así de simple. Nos vamos, nos comemos sus malas contestaciones, y tenemos que aguantar porque, como le ha pasado a la Sra. Mateos Selma, han recibido respuestas como “Aquí yo soy igual que el juez, y si me contestas mal puedo abrirte un expediente porque soy autoridad y funcionario público”. ¿Y nosotros?.

Recuerden, que nosotros los letrados, cada uno de nosotros que estamos adscritos al turno de oficio, prestamos un servicio público, y se nos abona nuestra retribución correspondiente por la Junta de Andalucía, es decir, NO NOS PAGA EL COLEGIO, nos paga la JUNTA DE ANDALUCIA a través del Colegio.

Esto quiere decir, que nosotros en aras de un servicio profesional que prestamos al que no puede costearse un letrado de libre designación, prestamos UN SERVICIO PUBLICO, ergo, en esa condición, somos Funcionarios Públicos, les guste a los que están en las mesas de los Juzgados o no.

Se nos ha privado de muchos derechos como letrados. Se nos han puesto MOSTRADORES para IMPEDIRNOS el ACCESO a las SEDES JUDICIALES.

Sin más concretamente, Yo, María Mateos Selma he tenido que impedir una declaración de un investigado, porque pretendían hacerla en la puerta del Juzgado, con el mostrador delante, y con el Juez en la mesa del funcionario exigiendo que se le alzase la voz porque no se enteraba.

Miren ustedes, nos parece absolutamente denigrante para una persona que, por vicisitudes, se encuentra declarando como investigado y tiene derecho a que nadie desconocido en el Juzgado se entere de su caso porque los funcionarios públicos del Juzgado no quieran acercarse ni permitirnos entrar.

Lo sentimos mucho, pero tenemos que dignificar nuestra profesión porque nos consta que muchos letrados están hartos de este “maltrato” a los letrados, pero que no se atreven a hablar. Nosotras sí.

Y por supuesto… las carencias que presentamos en nuestro gremio. Que podemos hacer una lista interminable.

En primer lugar, en el Juzgado de Cádiz tenemos una mesa con cuatro sillas, pero no tenemos ni una triste cafetera donde poder tomarnos un café mientras esperamos hasta que los funcionarios tengan a bien tomarnos en cuenta.

Porque a veces nos miran mal, hasta por irnos a tomarnos un café para no esperar como idiotas en el pasillo viéndoles las caras a los funcionarios mientras, apoyados en sus mesas sin hacer su trabajo, hablan directamente cosas como los descuentos que han visto en Mercadona, o en H&M, esto no es ficción, esto es la realidad.

Se nos cita a las 9 de la mañana para una comparecencia, y ojo, el funcionario según llegamos a las 9,00, “… Es que se ha ido a desayunar ahora mismo, pero tú no te vayas a tomarte un café porque puede venir en cualquier momento”.

Hemos visto cómo un funcionario ha tardado una hora de reloj en desayunar, cuando podría venir desayunado de su casa porque entran a trabajar a las 9 de la mañana. Es que se ve todo muy cómodo de las mesas de las oficinas cuando letrados nos damos patadas para poder cumplir con nuestras obligaciones profesionales y prestar un buen servicio, que para ojos de los Juzgados, NUNCA ES SUFICIENTE.

Sin embargo, y al hilo de lo que venimos diciendo, los colegios de procuradores tienen una sala adaptada, con sus propias fotocopiadoras que no tienen que abonar con tarjetas de copias, sino que se las incluyen en sus cuotas colegiales.

¿Por qué a nosotros no? Algunos hemos visto que en sus salas tienen hasta ordenadores para poder gestionar lo que necesiten, ¿por qué nosotros no? Algunos incluso tienen una cafetera (me da igual el modelo) para poder tomarse un café mientras trabajan en el Juzgado, ¿por qué nosotros no? Porque nos van a perdonar, sin desmerecer el trabajo de los procuradores, pero al lado del letrado, no dejan de ser directores procesales, que no tienen ni la mitad de funciones que tenemos los letrados que encima somos los que realizamos estudios jurídicos y se nos requiere pericia técnica para poder llevar los procedimientos adelante, y nos consta además, que algunos es que no van ni a Juicios. Las respuestas siempre son, “¿Va el cliente?

Entonces no voy yo, ¿para qué?” Pero luego ponen su manita en su minuta para cobrar las asistencias a juicio cuando no van. Pero claro, los clientes nos ven la cara a nosotros, y ven que cuando tienen que ser asistidos por nosotros en un Juzgado, los funcionarios siempre les dicen “ah pues su abogado tiene que venir, hasta entonces espere”. Y a lo mejor, nos tienen más de una hora esperando dando vueltas hasta que les venga a bien atender nuestro asunto, y en algunos casos siendo la 13.00 de la tarde estando citados a las 9.

¿Por qué los letrados no tenemos derecho, a tener una sala adaptada para poder estudiar los casos? ¿Por qué no tenemos derecho a tomarnos un café y que nos pongan una cafetera para poder tomarnos un café mientras esperamos? Porque recordemos, y anticipándonos a lo que dirá el Colegio, “Las guardias son 24 horas”. Sí, cierto. Pero 24 horas de disponibilidad y asistencia… no de espera.

Si el problema es que el Colegio no tiene fondos para poder surtirnos de un triste hervidor de agua y una cafetera, ¿no es más sencillo cobrarnos 3 euros más por colegiado por suministros en este sentido? Estas letradas, los pagarían encantadas, por ver un poco de apoyo en su Colegio Profesional que paga religiosamente.

¿Por qué tenemos que comprar las tarjetas de copias para poder fotocopiar expedientes? Entendería que eso fuera necesario para un letrado que hace copias continuamente. Pero ¿Qué mínimo que se nos entregue una tarjeta con 20 euros de copias al mes? ¿Es que no tenemos derecho a hacer copias de los expedientes sin que nos cueste el dinero?

Porque cuando somos de libre designación podemos cobrar las copias a los clientes (que estas letradas no lo hacen), pero cuando son del turno, no tenemos derecho porque la justicia gratuita debería asistirnos y proceder a surtirnos de una tarjeta de copias al mes. Pagamos las cuotas colegiales, y estamos reclamando asistencia y sustento en servicios que nos debería prestar el Colegio.

Estas, y muchas más, se pueden calificar de historias para no dormir… y nos las encontramos a diario. Pero absolutamente a diario… Se nos trata como cucarachas con toga que vamos de aquí para allá, para ganarnos cincuenta o cien euros por una asistencia, porque el turno de oficio paga poco, tarde y mal, y de hecho…

 

Nos encontramos con situaciones en las que, se nos exige respeto hacia el funcionariado, pero a nosotros, no se nos tiene respeto ninguno

 

Debemos, chicas, publicar esto, porque nos encontramos ante circunstancias que no deben consentirse, como un trato denigrante hacia nuestra profesión. Y en la que yo, que la ejerzo en la mayoría por vocación, pienso, que nosotros podemos mejorar, ciertamente, empezando por quejarnos, que ya está bien de callarnos…

Pero terminando, porque el Ministerio de Justicia, deben atender nuestras peticiones porque sin nosotros, el turno de oficio no funcionaría. Y la profesión de la abogacía es otra tan digna como otra cualquiera…

Espero que os haya gustado este post, y como siempre, le paso el testigo a mi querida Tamara.

Mª José Mateos Selma
maria.mateosselma@gmail.com
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