“Mi mamá dice que la vida es una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar”. ¡Estoy totalmente de acuerdo con la madre de Forrest Gump! La vida da muchas vueltas, nos cambia en un minuto, nos hace conocer gente y estar en lugares que nunca hubiéramos imaginado… Por experiencia propia se que a veces tenemos que tomar decisiones muy difíciles, decisiones que cambiarán todo lo que nos rodea, y que nos harán ver el mundo de otra manera…

Imagínate que eres una mujer felizmente casada, con dos niñas de 3 y 6 añitos a las que adoras, y un trabajo que te encanta. Tu vida no siempre ha sido fácil, pero en este momento has logrado un equilibrio personal y laboral que te hace sentirte realmente bien. De la noche a la mañana, tu mundo se desmorona: tu marido te dice que se está planteando seriamente trabajar fuera de España… ¿Qué haces?

¿Sabéis que hice yo en esta situación? Llorar, llorar y llorar. Pero si hay algo que tenía claro es que mi marido no se iría solo, si él se iba de España, ¡nosotras también! El mayor problema fue que yo no quería dejar Sevilla, mi vida era realmente cómoda, tenía todo perfectamente controlado, no me hacia falta nada más, ¡¡eso no podía estar pasándome a mi!! Ese año mis hijas y yo nos habíamos hecho un precioso traje de flamenca para la Feria de Abril, ¡me hacía tanta ilusión ir a la Feria con ellas! ¡Y al Rocío! ¡Incluso al Camino de Santiago! Tenía tantos planes, tantos proyectos, tantos sueños por cumplir… Y de repente sentía como si la luz se apagara, y no sabía cómo volver a encenderla…

Mis hijas y yo preparadas para ir a la Feria de Abril 2012, mi última Feria hasta el momento…

Tras pasarme unos días llorando y lamentándome de mi mala suerte, cogí el toro por los cuernos y empecé a ayudar a mi marido a buscar un nuevo destino para los cuatro. Barajamos varias opciones y finalmente nos decidimos por Durban (Sudáfrica), ya que allí tenemos un gran amigo que nos ayudó y nos asesoró en todo momento. En cuanto tomamos la decisión, se me hizo un nudo en el estómago y, cuando mi marido firmó el contrato y se empezó a tramitar el visado, me temblaba todo el cuerpo.

Si estás pensando irte de España te doy tres consejos importantes:

• Investiga todo lo que puedas sobre tu nuevo destino, es fundamental conocer el sitio donde vas a vivir, saber si es peligroso, si necesitas coche, si funciona bien el transporte público, la sanidad, etc.
• Intenta contactar con personas que vivan en tu país de destino, ya sean españoles o extranjeros. Ellos te darán una visión muy diferente de todo lo que vas a leer en internet o en guías turísticas.
• Jamás te vayas sin un contrato firmado y sin el visado en regla, especialmente si vas a países no europeos y/o si te desplazas con tu familia. Hay gente que se lanza a la aventura, y a veces sale bien, pero a veces vuelven a España mucho antes de lo que pensaban y con alguna mala experiencia.

En noviembre de 2012, tras deshacernos de absolutamente todas nuestras pertenencias y tras muchas y muy tristes despedidas, hicimos cuatro maletas y nos fuimos a Durban. Allí viví durante tres años y, a pesar de lo duro que fue (especialmente el comienzo), siempre digo que me iría otra vez. Para mis hijas fueron unos años maravillosos, y para mi marido una gran experiencia laboral.

Para mi todo fue muy diferente: a la nostalgia que sentía continuamente por mi vida en España, se unía la inseguridad de vivir en un país con una alta tasa de delincuencia. Pero al mismo tiempo, sentía unas ganas tremendas de conocer Durban, sus costumbres, y decidir qué hacer con mi carrera profesional… Recuerdo que en aquella época mi amiga Pilar, que lleva varios años viviendo en Glasgow, me mandó un video que me encantó, y que aún sigo viendo de vez en cuando:

Te aconsejo que veas detenidamente este vídeo porque son siete minutos realmente interesantes, y todo lo que explica puede aplicarse a cualquier ámbito de nuestra vida. En mi caso, me hizo comprender que mi zona de confort estaba en Sevilla, y mi zona de aprendizaje en Durban. Tras aceptar mi nueva situación (algo que me costó un poco más de lo que imaginaba) y, tras mucho esfuerzo, conseguí convertir mi zona de pánico en mi zona mágica, donde fui capaz de desarrollar varios retos que me propuse durante el tiempo que viví en Sudáfrica: conducir por la izquierda, comunicarme con la gente en otro idioma, encontrar un nuevo trabajo en un campo diferente al mío, hacer colaboraciones con medios españoles…

Vivir fuera de España no es fácil, no voy a engañarte. Da miedo, y mucho. Se echa de menos la familia y los amigos, nuestras costumbres, nuestra gastronomía, ¡se echan de menos hasta los olores (el olor a mar de Punta Umbría, en Huelva, o el inconfundible olor a azahar de Sevilla)!  Pero, por otro lado, vives experiencias increíbles, que te marcarán para siempre. Sin duda tiene más ventajas que desventajas: haces amistades muy especiales, visitas sitios impresionantes, conoces otras culturas, abres tu mente, pero lo mejor de todo es que empiezas a valorar lo que realmente es importante, y aprendes a disfrutar de las pequeñas cosas.

Tras mi experiencia en Sudáfrica, ¡volví a lanzarme a la aventura! Ahora que Durban se había convertido en mi zona de confort, decidimos poner rumbo a otro destino, aunque en esta ocasión mi nuevo hogar estaba mucho más cerca de España.

Actualmente vivo en Londress, donde llevo tres meses investigando cada rincón de mi zona de aprendizaje y decidiendo qué hacer con mi vida. No sé cuanto va a costarme conseguir los retos que me he marcado, pero tengo claro que voy a luchar por ellos y que, tarde o temprano, conseguiré superarlos. SI hay algo que he aprendido estos años viviendo fuera es que SOY UNA MUJER VALIENTE, ¡y mucho más fuerte de lo que imaginaba!

Diana Granada es periodista y ha sido profesora de español en Durban (Sudáfrica) lugar en el que ha estado viviendo hasta ahora que se ha trasladado a Londres. Es colaboradora de Mujeres Valientes y va a ser nuestra “enviada especial” …en UK