13 Jun Josephine Baker, mucho más que la primera estrella del pop
Cantante, bailarina, espía, feminista, madre… Todo eso y mucho más fue Freda Josephine Mc Donald, más conocida como Josephine Baker. Nació el 3 de junio de 1906 en Saint Louis, Missori, en el seno de una familia muy humilde, por lo que con solo 8 años tuvo que compatibilizar el colegio con trabajos como empleada de hogar.
A los 13 años deja la escuela y se casa por primera vez. Es en esa época, vagabundeando por Saint Lois, cuando Josephine da rienda suelta a su vena artística y no duda en bailar por las calles de su ciudad cada vez que se presenta la ocasión, unos bailes que pronto llaman la atención tanto de paseantes como de cazatalentos y consigue su primer trabajo como bailarina. Para entonces se había vuelto a casar. El elegido, el guitarrista de blues Willie Baker, de quien también se separa muy pronto y del que solo guarda su apellido artístico, Baker.
Con 16 años y divorciada por segunda vez, decide probar suerte en Nueva York y debuta en el Music Hall de Broadway. Tras participar en varios musicales, a Josephine le surge la que será la oportunidad de su vida, iniciar una gira en Francia. Nuestra protagonista debuta en París con el espectáculo ‘Revue Nègre’. Su éxotica forma de bailar y su escaso y original vestuario (un cinturón hecho de bananas) no pasan desapercibidos para nadie y pronto se convierte en una auténtica estrella del espectáculo parisino.
En 1926, un año después de su llegada a Francia, se convierte en la mujer más fotografiada del año. Cara de los cubistas, se convierte en el símbolo de toda una época, la age jazz, e inspira a artistas como Pablo Picasso y a escritores como Ernet Hemingway. Prueba suerte en el cine y se convierte en la primera mujer afroamericana en protagonizar una película, Zouzou.
Dicen que fue Josephine Baker la que popularizó en Europa el charlestone y aseguran que su influencia fue tal que las mujeres parisinas, de piel muy blanca, se aplicaban cremas de nueces para oscurecer su piel y asemejarse a la Venus Negra.
Tras una breve estancia en su Estados Unidos natal, Josephine vuelve a Europa, donde se instala de forma definitiva a pesar del ambiente racista que estaba provocando el nazismo.
Gracias a su matrimonio con el empresario de origen judío, Jean Lion, consigue la nacionalidad francesa y se mantiene fiel a sus ideales hasta el último momento de su vida. Se une a la Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo y colabora con la resistencia francesa. Desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial pasa a ser una agente del contraespionaje y no duda en utilizar sus partituras musicales para ocultar los mensajes.
Además de las satisfacciones personales, esa labor le reporta a Josephine Baker el reconocimiento público y se convierte en la primera mujer en recibir la Cruz de Guerra de los Estados Unidos y Francia le condecora con la Legión de Honor y la Medalla de la Resistencia.
Uno de los grandes deseos de la primera perla del pop era ser madre, pero una histerectomía tras haber dado a luz a un niño muerto, le imposibilitaba para tener hijos naturales, aunque al final consigue lo que anhelaba y, junto a su último marido, Joe Bouillon, adopta a doce niños. Ella los llamaba “la tribu del arco iris”, porque los niños eran de etnias diferentes.
Amaba las mascotas y llegó a tener un leopardo, un chimpacé, una culebra, una culebra, un cerdo, pájaros, peces, gatos y perros. En los últimos años de su vida, Josephine Baker pasó por algunos problemas económicos y para solventarlos recibió la ayuda de la princesa Gracia de Mónaco y de la actriz Brigitte Bardot.
Josephine Baker muere en abril de 1975 a causa de un derrame cerebral. Enterrada en el cementerio de Mónaco, tuvo un funeral de estado en la iglesia de la Madeleine de París al que asistieron altos dignatarios franceses y muchos veteranos de la resistencia, convirtiéndose así en la primera mujer americana a la que otorgaron honores militares en Francia.
No Comments