28 Jun Hygge… Una nueva forma de ver la vida y la realidad
Buscamos ser felices de forma compleja y disruptiva. La felicidad no es transgresora aunque se empeñe en que te saltes alguna que otra norma. La felicidad es eso que siempre ha estado o eso que llega para quitarte un poquito de tiempo REM.
Lo que te digo es que no esperes a que venga con el volumen a tope o chirriando las ruedas. Ella llega y se planta y te reta, te reta porque te cuestiona, te reta porque se queda para incomodarte a veces. Tu vida está llena de felicidad en forma de cotidianidad y alteraciones inesperadas al mismo tiempo. Te invito a que la descubras; te invito a que este artículo no sea otra cosa más que un viaje hacia tu verdadera fortuna.
Contenidos
HYGGE O “JUGA”… UNA NUEVA FORMA DE CONTEMPLAR LA REALIDAD
Se llama Hygge y se pronuncia “juga”. Un término Danés que tiene, de forma implícita, una filosofía de vida que nos permite contemplar la realidad desde un prisma completamente diferente, al que seguro habíamos estado utilizando hasta ahora.
HYGGE ES SER FELIZ SINTINENDO LO QUE TIENES, DETENIÉNDOTE EN LO COTIDIANO, EN LO DESAPERCIBIDO Y HACERLO IRREPETIBLE
Hygge es hacer lo de siempre, pero sintiéndolo, no por rutina, Hygge es detenerte. Es saber hacer domingo de cualquier jueves que elijas. Es el ruido de una cerilla al encenderse y justo lo que dura el instante sin respirar hasta que la vela se enciende o meter los dedos en la cera derretida solo durante un segundo.
Hygge es cuando empieza a llover y cierras los ojos, o escuchar la lluvia caer de forma desacompasada, como cuando eliges bailar con alguien con quien no lo habías hecho antes. Como las despedidas con escusas, para dejar un abrazo más que pendiente.
También es dibujar en el vaho de las ventanas del coche el nombre de alguien, aunque se queden las señales. Escuchar cómo te late el corazón después de un beso que no esperas. Que te abracen por la espalda sin pedir permiso. Tocarle a alguien especial la espalda con la yema de los dedos. Un paseo de la mano aunque no te pertenezca. Cuando el café se queda frío porque has hablado demasiado o beber vino barato y caliente en la playa una noche de luna menguante.
Hygge es llegar a casa y quitarte las lentillas, andar descalza, un libro de esos cursis en la que el bueno se enamora de la macarra, o al revés. Ser capaz de hacerte un vestido sin patrones, con un cuello imposible. Una buena peli de miedo escondida detrás de la oreja de alguien que huele a “yo quiero quedarme”.
HYGGE ES QUE REVUELVA LA VIDA, LAS GANAS… LAS COSAS
El café en la cama, los girasoles amarillos, las buenas noticias. El celebrarlo todo, El C1 de inglés.
Hygge es que empiece a llover y no te escondas, intentar recogerte todo el pelo en un moño imposible. Las patatas fritas con huevo de tu casa. Atreverte a mandar todo a la mierda de golpe aunque la psicología positiva diga que no es conveniente. Llorar después de haber sido capaz de llegar a un sitio nuevo. El momento exacto en el que pasas un control del aeropuerto. Es escribir otra vez, escribir con motivo y poner(te) como escusa sin excusa.
Hygge es encontrar esa tranquilidad interior y quedarte y es jugar sin normas, saltarse los espacios, jugar a que me distraigas. Hygge es pedirte que te quedes y que se me quiten los miedos.
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