21 Ene Gitanas en la Universidad… Acabando con los estereotipos
Gitanas universitarias
Nació en Almería un 7 de diciembre de 1970. Es la octava de nueve hermanos. En la actualidad sólo quedan cuatro, cuenta Nina (Ramona Cortés Cortés) con pena en el alma… Sus padres, se conocieron en una feria de ganado. Justo, era de Gádor (Almería) y Virginia, de Bujalance (Córdoba).
Negociando las familias una compra-venta de ganado. La familia de su padre, quiso ir a pedir a su madre unos meses más tarde, pero su familia materna no quiso y acabaron escapándose hasta que les dieron la aprobación. Su boda duró tres días con sus tres noches.
A Virginia, la quisieron pintar para exponerla en el ayuntamiento y los abuelos de Nina se negaron. Era tan guapa que, por la calle, la gente se volvía a mirarla.
Cantaba y bailaba muy bien, y un día en la radio, le ofrecieron pagarle sus estudios de canto en Madrid, a lo que su familia volvió a negarse por miedo a que le pasase algo…
Para Nina, su padre fue su héroe. Siempre los sacó adelante con una sonrisa y mucho amor. Tuvo muchos oficios; fue tratante de ganado, albañil, vendía en mercados, trabajaba la enea, y cuando ella era pequeña, le enseñó el oficio.
Nina no recuerda como se hacía, pero sí el tiempo que pasaban juntos y lo mucho que disfrutaban el uno del otro. Era la luz de sus ojos y ahora ella sabe que esa luz era mutua.
Cuando ella nació, la casa donde vivían se incendió y las monjas de “Las 500 viviendas”, los recogieron, de ahí, que a ella le digan » la recogía”. Les dieron un piso y cuenta cómo su madre y su padre, ponían un brasero de picón, y para que no se resfriaran echaban cáscaras de naranja.
De su infancia tiene recuerdos maravillosos. Estaban los once. Concursaban en casa entre los hermanos y sus padres eran los jueces. A pesar de tener muy poco, fueron muy felices.
De niña, Nina siempre aprovechó el tiempo; ayudaba a la gente de la iglesia y de su entorno. A los 11 años, en el cole se empezaron a fijar en ella y sus profes apostaron por su potencial. Nunca los defraudaría y se inventó su propio lema: “estudiar para demostrarle a la sociedad que los gitanos podrían ocupar un puesto digno dentro de la sociedad”
Dice que sus padres no tenían para sus libros de 8º curso y que fueron sus profesores, quienes le compraron el material, y hasta pagaron su viaje de estudios. Su agradecimiento fue tal, que lo hizo públicamente delante de todo el colegio.
DESPUÉS HIZO BUP Y COU CON BECAS DEL MINISTERIO, HASTA LLEGAR A LA UNIVERSIDAD PARA HACER LA DIPLOMATURA EN GRADUADO SOCIAL
En la carrera, consiguió su primer trabajo como auxiliar administrativo y, paralelamente, limpiaba en una casa por horas. Con ese dinero apoyaba en casa, y tenía para sus gastos. Con sus ahorros se sacó el carné de conducir y se compró una enciclopedia porque siempre había querido tener una.
Sus padres siempre la apoyaron, y aunque en casa no había dinero, y a veces tampoco había luz, ella se hizo su propio flexo con una petaca para estudiar de noche.
Estando en la universidad, con 19 años conoció a Paco, su marido y compañero de vida con el que acaba de celebrar sus Bodas de Plata. “Con él lo he descubierto todo, es el amor de mi vida”, dice Nina con voz de adolescente enamorada.
CUANDO SU SUEGRA SE ENTERÓ DE QUE ERA GITANA, LA RECHAZÓ CREYENDO QUE NINA ERA “ESA GITANA” QUE MUCHOS Y MUCHAS TENEMOS EN LA CABEZA
Llegó a mandar a su hijo a Madrid para que se olvidase de ella, pero no lo consiguió, y a los 6 meses, Paco volvió y se enfrentó a su madre y se hizo novio de Nina. A su casa Paco entró como “el fontanero”, se ríe al contarlo. Le conocía uno de sus hermanos mayores, y como no era gitano, no sabían cómo iban a reaccionar sus padres.
Siempre lo quisieron como a un hijo. Fueron novios seis años y en su boda, su marido le sacó el pañuelo para engrandecer la honra de su familia. A los pocos años fue madre y aunque Nina tenía otros planes, y quería un trabajo estable y un futuro asegurado, su bebé llegó y dejó su trabajo un año para criarlo.
Con el menor solo pudo estar 6 meses. Francisco y Álvaro son diferentes en todo. Uno tímido, el otro extrovertido. Son “su mayor manifestación de amor” y por eso Nina se considera muy afortunada. Por eso y porque está convencida de que tiene todo lo que necesita: salud y mucho amor.
Ha trabajado como orientadora, prospectora de empleo, y en la actualidad prepara oposiciones. En mente tiene proyectos nuevos y está pendiente de una oposición y de una bolsa para trabajar como profesora de secundaria.
Siguió estudiando. Hizo el grado de Relaciones Laborales y RRHH, sacó el B1y B2 de francés y también ha realizado un Máster en Intervención Social… Sigue estudiando.
Es una luchadora nata, una mujer valiente a la que no le asusta nada ni nadie. Vive en presente y ha aprendido a valorar los malos momentos que la vida le ha puesto delante. Es feliz y sabe que aún le quedan muchas cosas que hacer por los demás.
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