11 Abr Eva Martín, el alma de Pigafetta en Puerto de Indias
Quien vive en Sevilla sabe que el alma que cruza la ciudad se llama Guadalquivir. No es nombre de mujer pero es el río que surca y marca el ritmo de los sevillanos y los que la visitan. Y aunque éste tiene personalidad masculina, por sus aguas se pasea una mujer que se ha empeñado en hacerlo suyo.
Ella es Eva Martín, una empresaria que ha decido no ser convencional y embarcarse, literalmente, en una “hazaña” empresarial que convierte en admiración a quien la escucha cómo cuenta los pasos que tuvo que dar para hacerla realidad.
He dicho antes lo de “embarcarse, literalmente” porque Eva Martín ha decidido ponerse la estrella de capitán y tomar, no sólo el timón de su vida sino también el de Puerto de Indias. Y es que Puerto de Indias es el nombre del barco en el que Eva ejerce de anfitriona de una empresa que intenta que sus clientes se sientan especiales.
Puerto de Indias es un pequeño, pero exclusivo yate, que reúne todo lo que se necesita para sentirse única y que Eva ha conseguido poner en marcha con tesón y mucho trabajo.
Dicen que el río Guadalquivir es infinito, que sus aguas no tienen fin y que nunca hubo un río con más vida… Motivos más que suficientes para considerar a esta mujer en toda una aventurera que se empeña en sacar adelante un proyecto diferente. Diferente por su características pero también por la forma en la que se enfrenta, en estos momentos en los que parece que vamos a salir de la crisis, a todos los inconvenientes que se encuentra para que Puerto de Indias sea toda una realidad y ya sea conocido “del uno al otro confín” del río de Sevilla.
Puerto de Indias y Eva son distintos porque estamos hablando de una empresa que trabaja por y para el cliente pero que está creada fijándose en una historia anclada a la ciudad que la ha visto nacer.
Todo encaja en Puerto de Indias. Eva Martín y el nombre que ha adoptado para llevar a cabo esta aventura… Nada más y nada menos que Pigafetta uno de los 18 supervivientes, de 256 tripulantes, que llegó en la Nao Victoria tras culminar la primera circunnavegación del globo en 1522, en la expedición de Magallanes.
Así que si titánico fue ese hito, no es difícil imaginar la fuerza de voluntad, la perseverancia y el empeño que esta mujer valiente está poniendo para convertir su particular Cuaderno de Pigafetta, en una empresa referente para el turismo de calidad.
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