Enfermeras de la UCI Pediátrica, los ángeles del Hospital Universitario Virgen del Rocío

Enfermeras de la UCI Pediátrica… los ángeles de la vida

 

Enfermeras de la UCI Pediátrica, los ángeles del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla

 

¡UN PEDIATRA…UN PEDIATRA! Eso es lo primero que escucho cuando entro en la UCI Pediátrica del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. La cama del niño para que el que piden con urgencia al especialista, se encuentra rodeada por las enfermeras que están en el turno de tarde. Es un pequeño que acaba de subir de quirófano y el personal sanitario está atendiendo una de las muchas crisis que se pueden dar, a lo largo del día, en el complejo hospitalario.

Me quedo bloqueada porque nunca había pisado una Unidad de Cuidados Intensivos. Son las enfermeras, a las que vengo a entrevistar, las que inmediatamente me tranquilizan. Ellas son Pepa Morales, Nuria Márquez, Sonia Urquiza, Manoli Labrador, Chelo Castillo, Elena Moreno, Pepa Álamo, Lorena Cruz… Hay más enfermeras y auxiliares de enfermería en Cuidados Intensivos y todas son un equipo de profesionales porque día a día se enfrentan a trances complicados en los que la vida y la muerte las convierten en mujeres muy valientes.

“Hay que ser muy valiente”, afirma contundente Chelo Castillo y “pasar por un periodo de adaptación” porque no es fácil acomodarse y nunca será un sitio confortable para trabajar porque los niños que llegan hasta allí luchan, cada segundo, por sobrevivir (doy fe de lo que dice porque yo misma cuando llegue a las puertas de la UCI, y veía a los padres esperando noticias, no sabía si podría ser capaz de traspasar ese umbral)

Las conversaciones de estas mujeres valerosas, capaces de soportar cualquier dolor ajeno, se entremezclan y, como en cualquier trabajo, hablan de su vida… de las circunstancias por las que han pasado; una de ellas mira hacia una de las salas y en voz alta se pregunta a sí misma que “¿Cómo estará mi niña?”… Su niña es una pequeña de oncología que se encuentra en una zona de aislamiento preventivo y a la que no pierde de vista ni un solo momento.

Acaban de entrar algunos padres y es la misma enfermera la que advierte a uno de ellos que su hijo le ha sonreído… Siguen atendiendo al pequeño que acaba de ser intervenido y la cama vuelve a ser rodeada por especialistas y enfermeras. La madre observa todas las maniobras que llevan a cabo estas mujeres que trabajan en una misma dirección: Salvar vidas.

11 niños se encuentran esta tarde en esta unidad de vértigo en la que la mayoría son mujeres  (suponen el 75% del total de la plantilla). Todas han recibido una formación muy específica ya que estas instalaciones están totalmente digitalizadas y se utiliza la última tecnología para poder controlar, a través de monitores individuales, a todos los pacientes que se encuentran en los más de 800 metros cuadrados de superficie, con los que cuenta la UCI de Pediatría del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Enfermeras de la UCI Pediátrica, los ángeles del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla

Dani tiene sólo tiene 5 meses y vive gracias a un respirador. A Carlos, de 8 años, le han realizado una nefrectomía, Antonio, de 3 meses, sufre una miopatía (una enfermedad genética de los músculos)…* Todos los niños que se encuentran en la UCI son crónicos y requieren de cuidados constantes. Ellos son pequeños héroes capaces de aguantar, estoicamente, un dolor que para muchos adultos sería insoportable. Y lo hacen en silencio, sin lamentos ni quejas.

Elena Moreno trabaja en la UCI desde hace tres años pero es profesional de la enfermería desde 1995. Una enfermera que nunca había trabajado con niños pero que ahora sería incapaz de no estar en la UCI Pediátrica, “cuando has comenzado a trabajar con ellos no quieres dejarlos… Se vive lo peor, afirma, es duro ver las cosas que ves porque son niños… Una vez que has aprendido te vuelcas más en los niños y en los familiares… en ellos casi más”. Ponerse en la piel de la familia, nos dice Elena, es fundamental porque “el apego con los pequeños es muy fuerte”.

Y es que es difícil mirar los ojos de los padres que piden información pero ellas son conscientes de que además de ayudar a lo niños, a los que tienen que sanar, tienen que apoyar a los familiares porque son una pieza fundamental en la recuperación de los más pequeños.

Hay niños que salen adelante, otros sufren enfermedades crónicas, otros, por desgracia, fallecen… Así conviven estas mujeres que día a día llegan hasta el fin de sus propias fuerzas, tanto física como psíquica.

Se escucha la voz de Pepa Morales dirigirse a uno de los más pequeños y le habla como si se tratara de uno de sus hijos: “Y tú qué miras con esos ojillos…?”. Hay calor y cariño en el tono con el que le habla al bebé, de apenas seis meses, que vive conectado a un respirador y al que le han practicado una traqueotomía.

Esos “ojillos” son los de Dani y es su madre, Ana Martín la que nos cuenta cómo se descubrió su enfermedad. De los cinco meses de vida que tiene, casi tres lleva ingresado por una atrofia muscular espinal. Una afección degenerativa que se detectó al poco de nacer (Dani está recibiendo un tratamiento experimental y sus padres están aprendiendo a tratarlo para cuando lo puedan llevar a casa).

Ana tiene una relación estrecha con las enfermeras y es que Dani se ha convertido en “un compañero más de las enfermeras de la UCI porque lleva mucho tiempo aquí… Se pelean por peinarlo, por bañarlo… Dani solo ha conocido ésto y ellas dicen que son sus titas de la UCI”

Ana tiene casi una relación familiar con algunas de ellas porque “están contigo en los momentos más duro de tu vida: estaban cuando me dijeron lo que tenía Dani, también cuando le tuvieron que hacer una traqueotomía y saben lo que te han dicho y actúan según como piensan vas a estar y te cuidan de otra manera… A lo mejor no te hablan pero sí te dan un abrazo porque se anticipan a lo que tú vas a sentir

Se ha hecho el silencio. Apenas suena ninguno de los monitores. Es un instante de tranquilidad. No he dicho nada, todo vuelve a la normalidad y la normalidad aquí significa que uno de los muchos aparatos, conectados a uno de los pacientes, suena porque avisa de algo.

Una de las enfermeras lleva 1 año como residente. Lorena Cruz se ha especializado como matrona y pronto lo estará en pediatría. Una “carita” de niña que se abre paso en su larga melena. Demasiado joven para vivir toda la intensidad que se acumula en este espacio pero comprometida como si llevara mil años.

Enfermeras de la UCI Pediáticra, los ángeles del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. La residente, Lorena Cruz.

Un niño habla con una de las enfermeras y le pregunta que si ya lo han operado. Ella le sonríe y le contesta, acariciando su pelo que “claro que sí y además han estado aquí tus padres viéndote… ¿no te acuerdas? “ Ella le toca la cara y lo tranquiliza diciéndole que pronto llegarán.

Nuria Márquez habla de su experiencia en la UCI y de las ocasiones en las que ha flaqueado porque los pacientes con los que trabajan a diario son muy especiales, pero también me dice que “nada ha podido con mi fortaleza y nunca he querido cambiar”.

Tres años en la UCI de Traumatología la curtieron para entrar en otra pero esta vez llena de niños… Una madre se acerca a preguntar si ha tenido algún tipo de complicación su hija. Sus ojos encierran una pena eterna pero respira profundamente cuando Nuria le confirma que ha pasado la jornada muy tranquila. Esa niña tiene trece años. Hasta los catorce años llegan a esta UCI Pediátrica y son recibidos por un ambiente familiar… Sí, han leído bien y aunque no lo crean lo es porque todas ellas han formado una familia que impide que ninguna desfallezca y flaquee a pesar de esos días en los que llegar al final de una jornada agotadora “cuesta un mundo”.

Nuria se implica en un trabajo que es una utopía no llevarse a casa. Allí le espera su vida. Una familia como la de cualquier mujer pero con una “pequeña” diferencia: a ella su profesión la hace estar, como bien dice, “al límite”. Para ella sería imposible estar pendiente de todo lo que conlleva estar en la UCI pero eso no impide que, cuando está en casa, no tenga un recuerdo para su “niña de onco”, para el pequeño Dani, para… todos.

También sus familiares se implican con los enfermos, como así le ocurrió al marido de Chelo Castillo. Todas las noches visitaba a un pequeño que habían abandonado y sentía que debía acompañarlo durante su estancia en la UCI.

Horarios de doce horas: de ocho de la mañana a ocho de la noche y de ocho de la noche a ocho de la mañana. Doce horas infinitas en las que la palabra paz apenas tiene sentido… no existe. “Nunca se sabe lo que va a pasar. Las noches aquí no son para dormir, son para trabajar y con la misma dureza que de día”. Durante la horas de oscuridad se hace el mismo maratón que durante las mañanas y el final es el mismo: extenuante.

Hay días mejores y días peores pero nunca cambiarían este trabajo por uno de oficina. Están acostumbradas al hospital y no se irían a ningún otra área que no fuera ésta a pesar de lo que viven. Esto se llama oficio y pasión por un trabajo en el que el final, en algunas ocasiones, no es el deseado y más si son los más débiles: Los niños, esas “personitas” con las que llevan a cabo una labor silenciosa, desconocida, sacrificada y casi monacal.

Pepa Morales es puro nervio. Es alegría y energía sin más. Ella es mi amiga de la niñez y por eso me tomo la licencia de piropearla y decir que para mí hay muchas mujeres valientes pero ella, por cercanía, es de las primeras. Pepa estudió Magisterio pero llegó hasta Enfermería por una carambola de su vida, aunque reconoce que le costó más que a otras por esa aprensión que sentía”.

Se ha encontrado con gente buena alrededor que le ha ayudado en un mundo, el de la salud, en el que tuvo que aprender mucho.

Pepa es un torbellino. Tiene palabras para todas sus compañeras sin dejar de estar pendiente de mi…Me invita a tomar café y a probar una tarta que han llevado porque es el cumpleaños de una de ellas. Apenas dura cinco minutos el relax y la distensión. También hay que relevarse para poder disfrutar del olor a café que hay en la pequeña habitación, donde charlan de cualquier cosa y comparten un “ratito”. Y ahí, en ese rincón, entre risas, rememoran cualquier anécdota. Sólo hay una diferencia con respecto a otros trabajo: una pared que las separa de esas vidas pequeñas que resisten en un lugar lleno del calor que estas mujeres transmiten.

Pepa lleva en la UCI pediátrica desde hace 9 años. Sólo uno ” me despegué de mis niños” y volvió porque los echaba de menos. Jamás pensó trabajar con niños; no quería trabajar con ellos “por lo que implica a nivel emocional” y no duda en admitir que le “daba mucho miedo” desarrollar su labor como enfermera con los más pequeños.

Para Pepa su trabajo es muy reconfortante y la hace sentirse bien consigo misma. Un trabajo que la ha ayudado a darle importancia a las cosas más sencillas de la vida, “tiene que pasarme algo grave para que me preocupe”. Su estancia en la UCI la ha ayudado a relativizar y a desmitificar la muerte porque “aquí se convive con ella”.

Pero el mundo no se para y aunque el ritmo de sus vidas es distinto al de otras también ellas recogen a sus hijos del colegio, planean viajes, celebran la Navidad (aunque a más de una le ha tocado cenar en el Hospital) y acuden a encuentros familiares. Lo consiguen porque conforman una auténtica “cuadrilla” que trabaja con precisión. Una máquina perfecta a la que no les cuesta ponerse de acuerdo en la intendencia y así poder disfrutar de tiempo libre junto a los suyos.

Pepa Álamo es una de las auxiliares de enfermería que trabaja en la UCI Pediátrica del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla desde 2005. Ella empezó siendo interina y cuando consiguió su plaza fija escogió seguir aquí “habiendo tenido la oportunidad de estar en otra unidad, quizás más cómoda”.  ” Estoy enganchada a ésta porque también recibes muchas alegrías” y es que aunque algunos no consigan superar las crisis, hay un alto porcentaje de niños que sí lo hacen (otros tienen que pasar por la UCI, por protocolo, como los que han sido sometidos a alguna intervención quirúrgica).

Son muchos los que no olvidan a esos ángeles vestidas con unos uniformes llenos de muñecos. Niñas que incluso las invitan a su Primera Comunión y que las visitan porque no quieren perder el contacto con las personas que las trajeron de vuelta a la vida.

Pepa Alamo afirma que pasan por etapas por son muchas las que llegan sin hijos y cuando los tienen ven en todos ellos a los suyos propios. “El día que me acostumbre a eso estoy segura de que no serviré para estar aquí y tendré que irme a otro puesto”. También a ella le ha servido para valorar las cosas verdaderamente importante de la vida. “Ahora, simplemente, el hecho de que tu hija te pregunte por cómo te ha ido en el trabajo te hace ver la vida de manera diferente”.

La vida de pareja es otro de los temas de los que hablamos y reconoce que cada uno tiene su organización personal. A veces coinciden los dos y si no es así reciben el “apoyo” de familiares. ¿Y los hijos?… “llegan a acostumbrarse a que su padre y su madre no coincidan por las noches con ella y se habitúa a dormir esa noche con los abuelos”.

Y claro que discuten entre ellas. Son muchas y cada una tiene su punto de vista pero el resultado final es que existe un vínculo muy fuerte. Un código cerrado que sólo ellas y allí se puede descifrar…. Están rodeadas de tanto dolor que el más mínimo rayo de esperanza las lleva a encuentros fuera del trabajo. Y es que este minúsculo clan se transforma en pandilla de amigas dentro y fuera de este gran centro hospitalario.

Todas tienen su niño favorito. Dani, Sergio, Arancha son algunos de los nombres de estos héroes de menos de medio metro. Se les cae la baba con bebés como Dani que a sus 5 meses asume el sufrimiento con una entereza que los mayores no tenemos. Durante las 4 horas que estuve en el hospital no escuché un llanto; no cayó una lágrima por ninguna mejilla de unos pequeños que son capaces de sonreír y devolver una mirada llena de dulzura a esta desconocida (lo único que se percibe, sin descanso, es el pitido constantes de los monitores que controlan sus constantes vitales)

Es muy difícil tratar, me dice Pepa Alamo, con niños terminales sobre todo “cuando tú has tenido un familiar al que también le ha ocurrido”; pero para ellas ésto no puede suponer un handicap porque es su trabajo y, en más de una ocasión, se tienen que enfrentar a una situación similar a la que han vivido en su vida personal.

“En 12 años he llorado mucho”… Se forma un pequeño corrillo a mi alrededor y todas admiten que también ellas tienen su propio duelo en soledad o con la compañía de alguna compañera.

Enfermeras de la UCI Pediátrica, los ángeles del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla

Una de ellas recuerda como un niño de 14 años murió en cardiología, la misma edad que su hijo. Un chico en el que piensa a pesar de los años que han pasado: “Cuando tienes un paciente de la misma edad de tu hijo, inevitablemente lo sientes porque es como si fuera el tuyo”.

A todas les une la empatía y es Pepa Morales la que me dice que en la UCI Pediátrica se descubre lo que es el mundo del niño enfermo, ya que viven en una realidad donde los que llegan, no lo hacen por una simple gastroenteritis.

El turno está llegando a su fin: organizan la documentación, preparan trabajos para las siguientes que llega a sustituirles a partir de las ocho de la noche, disponen los dispensadores y vuelven a dar una vuelta por los boxes… Las caras de todas acusan las horas de tensión que se acumulan en sus cuerpos.

Suenan besos… miles de besos. Son los de la Ana, la mamá de “SúperDani” (nuestras protagonistas recalcan que todos son súper). 5 meses de vida que se agarran con fuerza a las manos de una madre que está aprendiendo a cuidarlo, como lo haríamos cualquiera de nosotras.

Enfermeras de la UCI Pediátrica, los ángeles del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla

Aquí se ríe, se habla, se convive y se llora. Son llantos repartidos entre unas mujeres que apenas muestran debilidad en público. No se lo pueden permitir porque son muchos los padres los que acaban de perder a un hijo y se acercan a darles las gracias. Por eso no pueden dejar ver que ellas comparten su sufrimiento y es que “el dolor de unos padres ya será para siempre”.

Cuando le realicé la entrevista a la actual secretaria general de UGT en Andalucía, Carmen Castilla (Asumió la Dirección de Enfermería y Atención a la Ciudadanía del Área Hospitalaria Virgen Macarena en 2010 y 2013), afirmaba que el personal de la Sanidad Pública Andaluza eran los mejores… No se equivocaba.

En nuestro mundo pensamos que nunca nos pasará. Estamos seguras de que nuestros hijos no serán los que ocupen esas camas. Nos creemos invencibles en una época en las que las nuevas tecnologías revisten de frialdad un lugar en la que estas mujeres valientes son únicas… Hay gente que no lo quiere ver.  Algunos no quieren conocer lo que allí se hace y aunque otros no crean en los ángeles, en la UCI Pediátrica del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, donde se convive con la angustia, el miedo y la fe, hay algunos que velan por la vida de los más pequeños. Ellas son las mujeres que, revestidas con una coraza de vida, amor, alegría, fuerza y compañerismo, trabajan para devolver a la vida a nuestros hijos.

Nuestros ángeles saben que esta página se llama Mujeres Valientes pero todas ellas me han pedido que haga una mención especial a los compañeros que forman parte de este grupo compacto ya que sin hombres como Rafael González Vela o Ricardo Díaz, el trabajo que realizan no sería posible.

Enfermeras de la UCI Pediátrica, los ángeles del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla

Mi agradecimiento a todo el personal de la UCI Pediátrica del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, a las enfermeras que con paciencia y cariño me atendieron en todo momento en una tarde “relativamente tranquila”, a los familiares que acompañaban a sus hijos, a Ana, una de las madres campeonas que cuida de su bebé… a todas las madres,  a Ursula Palmar, responsable de Comunicación en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla… Mi especial recuerdo y cariño a todos los pequeños que se encontraban ingresados aquel día porque me dieron una lección de vida que nunca olvidaré… A todos los que, por desgracia, llegarán.

La UCI pediátrica del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla cuenta con 18 boxes individuales y fue inaugurada en el año 2015.

* Todos los nombres de niños que aparecen en el reportaje no son reales a excepción de Dani ya que su madre, Ana me autorizó para que lo mencionara y para que mostrara la imagen en la que aparece junto a él.

Fotografías realizadas por Mª José Andrade.

Aurora: M.J. Andrade

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MARÍA JOSÉ ANDRADE ALONSO
mjandrade@mujeresvalientes.es
19 Comments
  • Verónica Díaz
    Posted at 16:58h, 19 mayo Responder

    IMPRESIONANTE!!!!!!
    ESPECTACULAR!;!!
    Te felicito María José Andrade.

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      Mujeres Valientes
      Posted at 08:20h, 22 mayo Responder

      Gracias, Veronica. Estos reportajes merecen la pena sufrirlos.

  • Marilo
    Posted at 18:47h, 19 mayo Responder

    Muy emotivo este artículo que de verdad, lo he sentido al leerlo. Enhorabuena a ese equipo de mujeres valiente y a esos niños luchadores y más valientes todavía. Muchísima suerte

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      Mujeres Valientes
      Posted at 08:20h, 22 mayo Responder

      Gracias, Marilo. Ha sido difícil hacer una cosa como esta porque la carga emocional es muy fuerte pero ha merecido la pena y, como afirma ellas, al final te “enganchas”. Gracias por seguirnos y por leernos

  • Mari pauloba
    Posted at 15:39h, 20 mayo Responder

    Son grande como profesionales y grandes como personas y el trato que tienen con los niños son estupendos

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      Mujeres Valientes
      Posted at 08:18h, 22 mayo Responder

      Efectivamente, el trato que tienen con los pequeños es impresionante.

  • Marta Tutor
    Posted at 16:29h, 20 mayo Responder

    Recuerdo esas caras, esas paredes, esas máquinas, esas camas.
    Mi pequeña ha pasado allí un tiempo largo, y gracias a cada una de ellas, y de ellos, por haber cuidado a mi pequeña con tanto amor, tanta dulzura.
    Allí son sus mamas y sus papás, sus ángeles, ya que nosotros los papis no podemos estar todoo el tiempo con ellos.
    Felicitar al equipo entero de Uci pediátrica dell Virgen del Rocío.
    Mi pequeña ingreso con sólo un mes de vida en esa Uci, sallio con casi tres meses, y todoo gracias a ellos y a los médicos de la unidad.
    Ella es Alexandra, a la cual llamaban como su muñeca.
    Oss agradezco a cada un@ por la labor tan grande que hacéis.

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      Mujeres Valientes
      Posted at 08:17h, 22 mayo Responder

      Gracias a ti y felicidades por la recuperación de tu pequeña Alexandra.

    • Pepa Alamo
      Posted at 17:28h, 29 mayo Responder

      Gracias a ti,Marta
      Tú si que eres una valiente
      Cuida de nuestra muñeca

  • Nuria
    Posted at 17:26h, 20 mayo Responder

    precioso artículo, estos ángeles vuelan por todas las UCIs de los hospitales pero plasma muy bien trabajo y sentimientos.Gracias por escribirlo

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      Mujeres Valientes
      Posted at 08:16h, 22 mayo Responder

      Gracias a ti, Nuria por leernos y seguirnos. Ha sido muy duro estar allí pero merecía la pena por esas mujeres extraordinarias que hace una labor callada y sacrificada.

  • Montserrat Sanchez Montero
    Posted at 04:06h, 22 mayo Responder

    Son ángeles! Para ayudar a los pequeños. Yo voy algunas veces a reforzarlos, y me encanta la labor que hacen

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      Mujeres Valientes
      Posted at 08:23h, 22 mayo Responder

      Cuando estás allí es difícil no implicarte. Gracias por dejarnos su comentario es un placer este trabajo porque recibes recompensas como todos estos comentarios.

  • Elena
    Posted at 00:29h, 31 mayo Responder

    Me ha encantado tu manera de describir a cada una y el ambiente que allí se vive. Mi hijo pequeño ha pasado por allí varias veces y siempre estaremos agradecidos a cada una de ellas (y a Rafa Gonzalez) por sus cuidados, su cariño y la serenidad que transmiten.

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      Mujeres Valientes
      Posted at 08:07h, 05 junio Responder

      Aquello es otro mundo. Un mundo lleno de paciencia, amor y cariño… mucho cariño. Gracias por dejarnos tu comentario y seguirnos.

  • Olga
    Posted at 01:25h, 02 agosto Responder

    En Nov del 2015 poco después q se inagurase la UCI, ingreso mi pequeño con Tan solo 29 meses. Le trasladaron desde Salamanca con quemaduras muy graves a causa de un accidente en la guardería. Fue casi un mes el q estuvo y fueron días de mucha incertidumbre, miedo… pero jamás olvidaré al equipo de auxiliares, enfermeras y médicos del virgen del rocio que ayudaron a q mi pequeño hoy este conmigo. Con gran pena tuve q pedir el traslado a la paz por cercanía a mi casa para poder ver más a mis otros dos hijos. Muchos saludos sois un gran equipo.

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      Mujeres Valientes
      Posted at 19:27h, 01 septiembre Responder

      Este reportaje responde al sentimiento de muchas familias que, como la suya, vivieron momentos duros en el Hospital Virgen del Rocío. Momentos en los que este equipo ha sido el apoyo de muchas madres y padres y que merecían este reconocimiento desde Mujeres Valientes. Gracias por dejar por escrito su agradecimiento y por confiar en el Servicio Andaluz de Salud y en su personal.

  • Rosa maria castro naranjo
    Posted at 18:30h, 15 diciembre Responder

    Soy mama de africa copado castro y en estos momento me.siento orgullosa no lo siguiente no se como agradecerselo ahora y para toda la viidaa lo que lan echo a mii hijaa lo que han luchado por ellaa a todas hora todo momento son unos profesionales estupendo son unos angeles para mi y mi niña para toda la.viidaaa osqueremos.millones sois los mejores

  • M Jose Fernandez Bascon
    Posted at 11:58h, 01 febrero Responder

    Me alegro de haber formado parte de este Equipazo de UCIP.Orgullosa de haber trabajado durante 2 año y medio allí

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