01 Jul Elena Maseras, la primera mujer que pudo matricularse en una Universidad
Nacida en el seno de una familia de médicos de la localidad tarraconense de Vilaseca, a nadie le extrañaba que, desde muy pequeña, Elena Maseras Ribera se sintiera atraída hacia ese mundo. Una atracción, que lejos de disminuir con los años, se acrecentó hasta el punto de querer estudiar Medicina en una época en la que la Universidad estaba vetada a las mujeres.
ELENA MASERAS Y SU AMOR POR LA MEDICINA
No desvelamos ningún secreto si decimos que las mujeres son mayoría entre los estudiantes universitarios. En la actualidad, el 58 por ciento de los matriculados son mujeres. Este dato no debería extrañarnos, pero llegar hasta aquí no ha sido fácil. Como en otras muchas parcelas, la mujer no ha tenido vía libre a la Universidad hasta hace poco más de un siglo.
Desde sus orígenes las aulas universitarias solo acogían a hombres, pero ante la lucha de las mujeres por la igualdad, ya mediado el siglo XIX, algunas universidades europeas decidieron aceptar mujeres en todos los estudios universitarios en igualdad de condiciones que los hombres. Las universidades de París y Zurich fueron las pioneras.
A pesar de las prohibiciones, algunas mujeres lograron colarse en las aulas, aunque para ello tuvieran que hacerlo vestidas de hombre.
ELENA MASERAS SE INSCRIBIÓ PARA ESTUDIAR MEDICINA EN LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA
Elena no quería pasar por ahí y tras solicitar poder matricularse en la Universidad, el entonces rey de España, Amadeo de Saboya, le otorgó en 1.872 una Real Orden que le permitía inscribirse para estudiar Medicina en la Universidad de Barcelona.
Ese permiso le permitía cursar la carrera en régimen privado, pero no la facultaba para acudir a clase. En 1875, el catedrático Narciso Carbón la admite en su aula. A pesar de ser bien recibida por sus compañeros hombres, Elena no se pudo sentar con ellos, tuvo que ocupar un asiento especial en la tarima junto al profesor.
ELENA MASERAS CONSIGUIÓ EL TÍTULO QUE LA HABILITABA PARA EJERCER LA MEDICINA EN 1882
Finalizó y aprobó todas las asignaturas en 1878, pero hasta 1882 no pudo obtener el título que le habilitaba para ejercer la Medicina. Harta de esas trabas burocráticas, Elena Maseras decidió reconducir su carrera hacia la enseñanza, ejerciendo de maestra en Villanueva y Geltrú y en Mahón.
Mientras tanto, se iban dado pequeños pasitos para la integración de la mujer en el mundo universitario. Así, en 1888 se admite la entrada de mujeres en la Universidad como estudiantes privados, pero requería la autorización del Consejo de Ministros para su inscripción como alumnas oficiales.
HASTA MARZO DE 1910 NO SE AUTORIZA LA MATRÍCULA EN IGUALDAD DE CONDICIONES QUE LOS HOMBRES
Hubo que esperar hasta el 8 de marzo 1910 para que a través de una Real Orden Del Ministerio de Instrucción Pública se autorizara la matrícula en igualdad de condiciones que los hombres: sin permisos especiales y pudiendo asistir a clase. Además, unos meses más tarde se reconoció la habilitación para el ejercicio profesional. Para ese primer curso se matricularon 21 mujeres.
Elena Maseras no pudo ser testigo de ello, había fallecido cinco años antes, en la localidad de Mahón, donde ejercía como profesora. Solo tenía 52 años, pero su nombre ocupa un lugar de honor entre las mujeres valientes que lucharon por la igualdad entre hombres y mujeres
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