18 Nov Donde fueres, haz lo que vieres
Para adaptarte a un nuevo país debes conocer su estilo de vida
¡Me encanta el refranero español! Siempre encuentro una frase que puedo aplicar a mi vida diaria. Es un hábito que se ha ido perdiendo, pero a mi me gusta mantener las tradiciones, me recuerda mis raíces y, por eso, uso los refranes a menudo.
Desde que me fui de España en noviembre de 2012, hay algo que tengo muy claro: para adaptarte a un nuevo país debes conocer su estilo de vida, interesarte por su historia, y participar en sus costumbres: “donde fueres, haz lo que vieres”. Esta actitud hará que tu estancia sea enriquecedora, y conseguirá que tu adaptación sea más rápida.
Últimamente, por ejemplo, he descubierto dos hechos históricos muy interesantes. El 31 de octubre, mientras que los niños iban disfrazados de casa en casa haciendo el “treat or trick” (la moda americana de Halloween se está imponiendo en todo el mundo), mis alumnos de español me explicaban que el 5 de noviembre es un día histórico muy importante en Reino Unido: se celebra el “Guy Fawkes Night” (la noche de Guy Fawkes), también llamado “Bonfire night” (la noche de las hogueras), “Cracker Night” o “Fireworks Night” (la noche de los fuegos artificiales). Ese día se recuerda el fracaso del atentado del 5 de noviembre de 1605 en el que un grupo de católicos, entre los que destacaba Guy Fawkes, intentó destruir el palacio de Westminster, sede del parlamento de Londres.
Durante esa semana hay numerosos fuegos artificiales en diferentes zonas de Reino Unido. En algunos sitios pueden verse de forma gratuita, pero en otros se debe pagar y reservar entrada con antelación, especialmente el 5 de noviembre (día grande).
Otra de las tradiciones que me ha sorprendido ha sido el “Remembrance Day” (Día del recuerdo). Desde hace semanas vengo observando que mucha gente luce en la ropa una amapola hecha de papel y plástico (aunque algunas personas llevan unas realizadas con tela, o lana, o incluso un pin de metal), ¡las amapolas están por todas partes!
Esta bonita flor se confeccionó para recordar el poema “In Flanders Field” escrito por John McCrae durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918)
In Flanders fields the poppies blow
between the crosses, row on row,
That mark our place; and in the sky
the larks, still bravely singing, fly
scarce heard amid the guns below.
We are the Dead. Short days ago
we lived, felt dawn, saw sunset glow,
loved and were loved, and now we lie
in Flanders fields.
Take up our quarrel with the foe:
To you from failing hands we throw
torch; be yours to hold it high.
ye break faith with us who die
we shall not sleep, though poppies grow
Flandes fields.
En los colegios, hospitales, organismos oficiales, periódicos, e incluso en las Iglesias, ¡en todos sitios puedes comprar una “Remembrance Poppie” (amapola del recuerdo)! Suelen costar una libra, y no os imagináis la cantidad de gente que las lleva (yo me incluyo). Me ha parecido una bonita costumbre y una fantástica forma de ayudar a los soldados veteranos británicos (a ellos se destina el dinero recaudado con las flores).
Como “el saber no ocupa lugar”, seguí investigando sobre este tema, y me dirigí a mi particular gran pozo de sabiduría: mis hijas. Ellas me explicaron que este poema lo escribió un soldado que se inspiró en la cantidad de amapolas que crecían en los campos de batalla. Además, me contaron que la I Guerra Mundial finalizó el 11 de noviembre de 1918 y, por esta razón, el 11 del 11 (noviembre) a las 11’00 horas, en muchos sitios, se guardan unos minutos de silencio para recordar ese día. En todos los colegios se explica la I y la II Guerra Mundial en estas fechas, y a veces se cuentan anécdotas protagonizadas por los antepasados de los profesores y de los propios alumnos. Mis niñas me han sorprendido con historias muy interesantes.
Cuando vives fuera de España echas de menos muchas cosas pero, al mismo tiempo, te sientes afortunada por tener la posibilidad de conocer tantos sitios, tanta gente, tantas historias, tantas culturas… “No hay mal que por bien no venga”, y tengo que reconocer que los expatriados nos encontramos en un proceso de aprendizaje constante que realmente me apasiona.
Pero si eres de las personas que no termina de encajar en su nuevo país, recuerda que aunque “no es oro todo lo que reluce”, hay que ser optimista y poner “al mal tiempo, buena cara”, porque “no hay mal que cien años dure” y “después de la tormenta siempre llega la calma”.
Y no olvides nunca…que lo mejor está por llegar
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