Custodia compartida, no solo cuestión de mutuo acuerdo

 ¿Un azote a tiempo es una victoria? ¿Vale todo en temas de custodia?

Custodia compartida, no solo cuestión de mutuo acuerdo

Este mes voy a escribir sobre un asunto que, actualmente, está muy a la orden del día. Un tema muy polémico que pone entre la espada y la pared a los padres que tratan de educar a sus hijos de la mejor manera posible. Últimamente hemos visto noticias de hijos que denuncian a sus padres por auténticas tonterías que a todos nos han ocurrido de pequeños: una menor de 15 años denunció a sus padres por secuestro al haberla castigado sin salir de casa y otra, también de un menor de la misma edad, que en este caso lo hizo porque su madre le había quitado el móvil.

No creáis que en nuestro despacho, Mateo Selma Abogados, no han pasado numerosas madres, denunciadas por los propios menores, o incluso por sus exparejas que, en un ánimo de venganza para arrebatarle la custodia de los menores, falsamente formulan denuncias por malos tratos a sabiendas de que lo que hacen es mucho daño no solo a la madre, sino a los propios menores. ¿Vale todo en temas de custodia?

He seleccionado uno de los casos que más me han impactado. Es un poco largo de contar, y parece que tenga bastante volumen, pero necesitáis la información para poneros en antecedente. Es el caso de Lucía. Esta chica de nacionalidad ucraniana contrajo matrimonio con un empresario español. El objetivo de Lucía no era conseguir la nacionalidad española, ya que la tenía desde muy pequeña, cuando sus padres emigraron a España. Se casó con Mariano, y con él tuvo dos hijos, Mario y Julio. Actualmente estos pequeños tienen 7 y 2 años respectivamente. Como en todos los matrimonios, empiezan a sobrevenirse circunstancias que, por fuerza mayor, hacen que la convivencia sea insostenible. Si a esto le sumamos que Mariano tiene ciertas conductas que puedan considerarse de maltrato psicológico, pues la cuestión se complica bastante.

Cuando se produce el divorcio de Lucía y Mariano, firman, de mutuo acuerdo, una Custodia Compartida en períodos de un mes cada uno. Algo que es muy difícil de sostener si hay conflictos entre los progenitores, como no sea de mutuo acuerdo. En este caso se hizo así. Con el paso del tiempo, bien porque a Mariano no le venía bien, bien porque directamente se arrepintió, comenzó a poner al menor de mayor edad, Mario, en contra de su madre. Esto, es lo que coloquialmente conocemos como el SAP (Síndrome de Alienación Parental). Hace dos semanas escribí en el blog del Despacho un post sobre este asunto . El asunto es que Mario comenzó a rechazar a su madre con las ideas que tenía metidas en la cabeza por parte de su padre, circunstancias que se dan cuando un padre tiene motivos de venganza o de frustración hacia la otra parte.

Poco tiempo después de que se firmara la custodia compartida, Mariano, con malas artes, inició un procedimiento de modificación de medidas reclamando la custodia de sus hijos. Para ello, aportó un informe de un psicólogo infantil privado donde decía la siguiente frase “refiere el menor continuamente que su madre le maltrata en multitud de ocasiones” (palabras textuales del informe con la autorización de Lucía). La reacción del Juzgado es evidente, de forma provisional le atribuyó la custodia de los menores a Mariano, imponiéndole a Lucía un régimen de visitas estándar de dos días a la semana y fines de semana alternos.

Con el paso del tiempo, con éste régimen de visitas, a Lucía le resulta muy difícil reprender a Mario por su comportamiento, dado que cada vez está más rebelde. Mariano no deja escapar ni una a Lucía, amenazándola, increpándola, y poniendo al menor cada vez más en contra de su madre.

Un buen día, Lucía se encontraba jugando con sus hijos en un parque de atracciones. En todo momento los estaba vigilando, con tan mala suerte, que en un columpio el menor se cayó haciéndose una herida en la frente (de entidad mínima). Básicamente, como nos hemos caído todos en el parque. (Yo no soy madre, pero también reconozco que el niño que no ha caído en la hierba, que no se ha subido en un tobogán al revés, y que no ha comido arena en la playa no ha tenido infancia).

Lo que vino después os lo podéis imaginar. Mariano denunció a Lucía por violencia doméstica, consiguiendo que incluso el menor manifestara que su propia madre le había pegado. Este Despacho asumió su defensa letrada y consiguió demostrar la mentira de Mariano, tirando por tierra tanto su testimonio como el del propio menor, quien llegó a retractarse diciendo que él dijo lo que dijo, “porque papá le obligó a decirlo”.

Este caso hace que reflexione jurídicamente sobre dos cuestiones. Pueden parecer diferentes, pero en algunos casos van de la mano.

¿Un azote a tiempo es una victoria?

Esta pregunta se plantea desde que saliera la Ley de Protección del Menor. Antes de su entrada en vigor, el Artículo 154 del Código Civil poseía una frase que está suprimida a día de hoy. La famosa frase deLos padres podrán corregir razonada y moderadamente a los hijos, actualmente no podemos encontrarla, por la sencilla razón de que por un gobierno anterior se entendía como el fomento del maltrato a los niños.

¿Qué ocurre? Que la Ley del Menor les ha puesto las cosas muy difíciles a los padres. Hoy en día, no podemos ni reprender, ni dar un azote a un crío porque seguidamente nos responden con un tajante: “como me grites te denuncio”, “no puedes pegarme porque soy menor”. Claro, cuando son pequeños podemos controlarlos o contenerlos; pero cuando llegan a la adolescencia y adquieren cierto grado de fuerza, no podemos controlarlos. ¿Cuál es la razón por la que no podemos controlarlos? Porque no les hemos dado un correctivo adecuado a tiempo. A veces, los gritos no son suficientes, y más cuando nos encontramos con menores que son realmente rebeldes, hiperactivos, y agresivos.

Los menores se defienden con que tienen derechos (sí, recogidos en el Artículo 154 del Código Civil), pero no se paran a pensar, e incluso obvian, que también tienen obligaciones, como son las recogidas en el Artículo 155 del Código Civil, cuando dicen que los hijos no emancipados deberán obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre. Cuando no se les respeta ni se les obedece… ¿qué opción les queda a los padres? No podemos darles un azote, y los gritos a veces no son suficientes.

Concluyo diciendo, que un azote a tiempo hoy, son lágrimas de menos de mañana. Dar un azote no es maltrato. Y con esto no estoy haciendo una apología del maltrato al menor, para nada, simplemente me mantengo en lo que había antes, cuando podíamos darle un azote a un niño para que te obedeciera, recordándole las obligaciones que la Ley les impone como “hijos”.

¿Vale todo en temas de custodia?

Mi respuesta como Letrada es que “no todo vale”, no cuando entra en juego la salud física, psicológica y la dignidad de los menores y de sus propios padres. Padres que se rebajan a mercadear con un tema tan delicado como son los malos tratos a menores para arrebatar custodias, para restringir visitas, e incluso para poner a los menores en contra del otro.

La violencia doméstica es algo muy delicado como para utilizarlo como un arma arrojadiza de forma falsa, en un procedimiento de familia, por el simple hecho de obtener un beneficio (restringirle las visitas al otro progenitor, arrebatar la custodia, etc.). De hecho, para poder fomentar un caso penal de violencia doméstica contra el otro progenitor, se recurre al Síndrome de Alienación Parental para que el menor haga lo que se le pida contra el otro.

Espero que este artículo os haya gustado y os haya dado a reflexionar un poco sobre este tema porque hay que proteger a los menores, no tenerles miedo, incluso de ellos mismos si fuera necesario.

María José Mateos es licenciada en Derecho por la Universidad de Cádiz. Mª José es una abogada de carácter multidisciplinar que ejerce su profesión en el despacho, Mateos Selma Abogados en el Puerto de Santa María en Cádiz

Mª José Mateos Selma
maria.mateosselma@gmail.com
2 Comments
  • Pepi
    Posted at 17:52h, 17 abril Responder

    Yo e educado a dos hijos manuel y José y alguna vez le dado un azote que me dolio mas ami que a el pero un azote atiempo soy de la mentalidad de prefiero que llore el niño un ratito a que cuando sean mayores maltraten a otros un azote a tiempo vale mucho mas que se hagan unos vándalos yo como madre es lo que quiero y mis padres nos dieron azote a tiempo

  • Pepi
    Posted at 22:04h, 17 abril Responder

    Yo tengo dos hijos manuel y José y son mayores y salieron buenos niños pero cuando se lo merecían les daba un sopapo soy de la forma de pensar que el arbolito desde chiquito por mucho que diga la ley del menor de vez en cuando si se portan mal pues sopapo a tiempo porque es preferible que por un cate llore el niño y no que cuando tenga 15 años llore yo o el padre y lo dice una madre que le duelen sus hijos

Post A Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.