15 Mar Berenice Abbott… Retratos de la modernidad en Barcelona
La cita barcelonesa, comisariada por Estrella de Diego, propone un completo recorrido por la trayectoria de esta fotógrafa estadounidense, cuyo trabajo está considerado uno de los más fascinantes de la fotografía norteamericana de la primera mitad del siglo XX y echa un puente entre los círculos culturales de vanguardia de París y de Nueva York de los años 1920 y 1930.
Se trata de la mayor retrospectiva de Berenice Abbott organizada en España con fondos de su época procedentes de algunas de las más importantes colecciones de su país.
BERENICE ABBOTT… LA FOTÓGRAFA DEL ALMA DE LAS CIUDADES
BereniceAbbott está considerada una de las pioneras de la fotografía. Nació en Springfield y atravesó todo el siglo XX con su máquina fotográfica en la mano, abriendo el camino en el ámbito de la fotografía documental y explorando las nociones del realismo fotográfico.
Además de saber fotografiar sabía también escribir: de hecho frecuentando una escuela de periodismo en la Universidad de Ohio, abandonada muy pronto para volcarse enteramente en la foto, en el curso de su existencia publicó incluso poesías en la revista experimental “Transition”.
BERENICE ABBOTT… UNA PIONERA DE LA FOTOGRAFÍA
Cuando la provincia empezó a quedársele pequeña, se trasladó a Nueva York participando en la vida bohemia del Green Village, donde encontró a Marcel Duchamp y a Man Ray. Y fue éste último el que la encanaló a la carrera de fotógrafa; al inicio prestándose como modelo y más tarde con la función de asistente suya en la cámara oscura.
París, segunda patria para muchos artistas, lo fue también para Berenice Abbott; lugar en el que decidió residir en 1921.
Aunque había conocido a Ray en Nueva York, fué en París donde empezó a trabajar en su estudio de Montparnasse. Juntos se codeaban con intelectuales, escritores y artistas. Y ella se puso a retratarlos y precisamente a través de los retratos alcanzó rápidamente el éxito, hasta tal punto que abrió su propio estudio.
James Joyce, Eugène Atget, Marcel Duchamp, Jean Cocteau, Sylvia Beach, André Gide o Max Ernst… Ninguno dejó de retratarse inmortalizando, para la posteridad, sus foto-retratos, muy buenos, que la lanzaron a la fama. Pero su trabajo más importante lo desarrolló a su vuelta a los EE.UU. para capturar los diversos espacios urbanos.
La crisis de Wall Street azota y cambia Norteamérica a principios de los años 30 y Berenice Abbott se queda encantada por la rápida transformación de Nueva York: con la cámara se pone a documentar la arquitectura de la ciudad y las escenas de la vida urbana creando “Changing New York 1935-1939)” uno de los proyectos más importantes de su carrera profesional. Con sus fotos, registra las variaciones de una metrópolis, evidenciando el contraste entre pasado y presente y resaltando aquella adaptación a la modernidad. ¿Resultado? una obra muy lograda.
Hacia mediados de los años treinta, se sometió a una intervención en los pulmones y debió retirarse al aire sano del campo, en el Maine, donde vivió todo el resto de su larga y activa vida.
Berenice Abbott estaba convencida de que la máquina fotográfica había sido creada con el objetivo de documentar, y eso fue lo que hizo a lo largo de su existencia, plasmando el desarrollo urbanístico de las grandes metrópolis como Nueva York, así como el día a día y los paisajes del lugar a donde se fue a vivir, produciendo “A Portrait of Maine”.
En 1941 llega a conjugar el talento fotográfico con el de la escritura y publica el manual “A Guide to Better Photography”, cosechando un éxito enorme.
BERENICE ABBOTT PLASMÓ EL DESARROLLO URBANÍSTICO DE METRÓPOLIS COMO NUEVA YORK
Con la institución del Departamento de Fotografía del Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York en 1940, quedó definitivamente ratificada la entrada de la fotografía en la arena del Arte Contemporáneo.
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