25 Ene Año Nuevo… Planes para una ¿vida nueva?
Comienza un nuevo año y, como era de esperar, lo acompañan sus habituales buenos propósitos. En mi caso son casi siempre los mismos: cuidar más la alimentación, buscar tiempo para leer, apuntarme a alguna actividad que me guste… Pero, por encima de todo, mi principal objetivo es encontrar un trabajo estable.
¿lo conseguiré durante el 2021?… ¿Quién sabe? ¡La esperanza es lo último que se pierde!
Lo cierto es que este año ha comenzado de forma un poco rara, ¿no os parece? Bueno, al menos yo lo siento así. Mis navidades han sido tan diferentes… Sin la familia, sin los amigos y sin esas sobremesas interminables que tanto echo de menos.
Por desgracia, después de unas fiestas totalmente atípicas, los datos del Covid-19 no han mejorado en Reino Unido, por lo que se han tomado medidas aún más restrictivas: los colegios están cerrados (sólo permanecen abiertos para los hijos de trabajadores esenciales), aunque los centros de educación especial y las guarderías funcionan con “normalidad”.
Se ha vuelto al tele-trabajo, en la medida de lo posible; las tiendas están cerradas, a excepción de los comercios esenciales; y no se permite el contacto social.
Tengo que aclarar que el confinamiento aquí no es como el que se vivió en España: se puede salir a cualquier hora a hacer deporte, no hay horarios ni toque de queda, pero debemos permanecer en casa. Además, las mascarillas siguen siendo obligatorias en establecimientos cerrados y en transporte público, pero no al aire libre.
Por otro lado, la campaña de vacunación sigue su curso y los datos son muy positivos. Además, el gobierno ofrece test rápidos de forma gratuita a todos aquellos que no tengan síntomas y quieran hacerse la prueba. En diciembre recibí una carta con con los pasos a seguir, aunque esta información también está disponible en las páginas webs de los diferentes municipios.
El procedimiento es bastante sencillo: se pide la cita online (los trabajadores esenciales tienen un abanico más amplio de horarios y de lugares en los que hacerse la prueba), te haces el test en un minuto, y una hora después recibes el resultado mediante un correo electrónico y un mensaje al móvil. Obviamente si das positivo, debes aislarte, y es entonces cuando te hacen la PCR.
Esto es lo más interesante que os puedo contar por ahora, ya que la fantástica oferta cultural y social de la que disfrutábamos en esta ciudad tan cosmopolita se ha reducido bastante. Además, con la cantidad de casos de Covid que hay y las últimas recomendaciones del gobierno, preferimos no salir mucho de casa, la verdad.
Toda esta situación que llevamos meses sufriendo hace que me muera de envidia cada vez que veo que amigos y familiares en España pueden reunirse en grupos reducidos. Sin embargo, teniendo en cuenta los datos actuales en Reino Unido, entiendo que tengamos que permanecer en nuestra burbuja. De todas formas, el tiempo no acompaña mucho últimamente, por lo que realmente apetece quedarse en casa con una buena peli y una mantita.
Sin embargo, ayer tuvimos la suerte de disfrutar de un día diferente, un día totalmente atípico, un día lleno de diversión inesperada: ¡ayer nevó en Londres! ¡Y bastante! Salimos todos a la calle, cada uno en su burbuja, y respetando la distancia de seguridad.
Por primera vez en mucho tiempo vi a la gente sonreír, a algunos incluso los escuché reír a carcajadas mientras se lanzaban bolas de nieve. Fue un pequeño paréntesis que nos trajo un ratito de felicidad en estos tiempos tan difíciles… Hoy volvemos a la rutina, al tele-trabajo y a las clases online… Y a la preocupación por el Covid-19.
Con este panorama intentamos buscar actividades que nos ayuden a llevar este nuevo encierro de la mejor manera posible. En mi caso, por ejemplo, me he apuntado a varios cursos interesantes para mi futuro laboral (he perdido la cuenta de los que he hecho desde que comenzó la pandemia), voy a clases de flamenco on line (benditas tecnologías que me acercan a Sevilla cada semana), estoy cocinando más (aunque reconozco que no es mi mayor virtud) y sigo con la búsqueda activa de trabajo.
El único contacto social del que disfruto se reduce a las salidas con mi perro, un precioso cachorro que me está permitiendo conocer a gente muy interesante en mis paseos diarios (manteniendo siempre la distancia social, por supuesto).
Mi marido y mis hijas también se han buscado nuevas distracciones, con los continuos confinamientos que estamos viviendo, pienso que es lo más acertado. Mi marido dedica su tiempo libre a salir con la bici y a restaurar un coche clásico; una de mis hijas se pasa el día leyendo y aprendiendo a tocar la guitarra eléctrica; y la otra está constantemente dibujando de forma digital y jugando con nuestro perro.
Y así, poco a poco, vamos matando el tiempo, ¡y espero que el virus también!
Mientras tanto, yo sigo soñando con mi próxima visita a España. Si todo va bien, en unos meses volveré a disfrutar de mi querida Punta Umbría (Huelva), tras un año eterno sin pisar su playa. Ya me estoy viendo paseando por la orilla, tomando algo en Caracoles y disfrutando del maravilloso clima de mi paraíso particular… Con este pensamiento positivo me despido, deseando que todo esto pase “pronto”, y que podamos abrazarnos y besarnos sin mascarilla…
¡Cuidaos mucho!
Fotografías: Francisca Marcos
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