14 Oct África de las Heras. La española convertida en espía soviética
ÁFRICA DE LAS HERAS, LA ESPAÑOLA QUE SE CONVIRTIÓ EN LA ESPÍA SOVIÉTICA MÁS IMPORTANTE DEL SIGLO XX
África, María de la Sierra, Znoy, subcomandante Yvonne, María Luisa, María Pavlova, incluso Patria… Con todos esos nombres se conocía a África de las Heras Gavilán… La mujer de los mil nombres y toda una maestra en las tácticas del camuflaje.
Cuando África vino al mundo en Ceuta en 1909, pocos podían pensar que esa niña tan deseada se convertiría, años después, en una de las espías más importantes de la historia. Nacida en una familia burguesa y militar, pronto comenzó a dar muestras de su fuerte carácter y de su firme determinación.
Practicaba deporte, fumaba, bebía en la calle, nadaba como un hombre y conducía el coche de su padre o de su tío, uno militar y el otro alcalde de la ciudad ceutí. Se casó con Francisco Javier Arbat Gil, capitán de Infantería del tercio de la Legión, con quien tuvo un hijo que murió al poco de nacer.
El matrimonio duró muy poco y África de las Heras se marcha a Madrid con su madre, que había quedado viuda
Allí conoce a Luis Pérez García-Lago, socialista y dirigente de la federación de banca de UGT, quien le abre los ojos a la lucha obrera, dando comienzo a la leyenda de esta mujer a la que describen como bella, fría y calculadora y que siempre interpuso sus ideales a todo lo demás.
Primero participó en la Revolución de Asturias de 1934 y luego en la Guerra Civil. Formó parte de las Milicias Ciudadanas de Barcelona y ocupó un puesto de responsabilidad en las Patrullas de Control. Desde ese puesto “escaló” a la sección de Denuncias e Investigaciones. Estando en sus manos la admisión de denuncias presentadas contra ciudadanos que podían ser arrestados, encarcelados y condenados a muerte.
En las calles de Barcelona era conocida como la ‘pequeña Pasionaria’ y es en esa época cuando es captada por los servicios de inteligencia de Stalin y enviada a Moscú para su formación.
Tras un breve trabajo en Noruega, se traslada a Méjico, donde forma parte del operativo que asesinó a León Trotski. En Méjico se hace llama María de la Sierra y trabaja como secretaria del propio Trotski en ‘La casa azul’ de Frida Kahlo.
Fue la limpiadora Znoy en una oficina de la Gestapo en el París de la Resistencia y tras tener que abandonar México de forma precipitada vuelve a Moscú, donde la preparan para otras misiones. Es entonces cuando descubren que estaba muy calificada para manejar los equipos de comunicaciones y, en especial, la radiotransmisión.
África de las Heras… “La mejor violinista de la Unión Soviética”
Tenía facilidad para memorizar códigos, descifrar mensajes y encriptar correos e informes y da buena muestra de ello como subcomandante Yvonne en los bosques de Ucrania luchando contra los nazis. Es allí donde se convierte en “la mejor violinista de la Unión Soviética”. Así llamaban los servicios secretos soviéticos a las operadoras de radio.
Después de casi dos años en los bosques ucraniano regresa a Moscú y la camarada de las Heras fue laureada con la orden de la Estrella Roja y la Medalla Guerrillera de Primer Grado. Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial comienza su labor de espía dentro de la KGB, firmando sus informes con el apodo de ‘Patria’.
Le concedieron la ciudadanía soviética y la vuelven a mandar a París, ahora lo hace como María Luisa de las Heras de Arbat, una modista de alta costura que tiene la misión de enamorar al poeta uruguayo Felisberto Hernández.
La misión encomendada era casarse con él y trasladarse a Montevideo donde además, de convertirse en la dueña de una tienda de antigüedades, logra crear la mayor red de espías soviéticos que operó durante dos décadas en todo el mundo.
Tras dos años de matrimonio se separa del poeta uruguayo y, por orden de la KGB, se casa con el espía italiano Valentino Marchetti. Tras el fallecimiento en sospechosas circunstancias de su tercer marido, vuelve a Moscú como María Pavlova, ejerciendo durante dos décadas como instructora de nuevos agentes de la KGB.
África de las Heras nunca volvió a España y solo salió al exterior para participar en alguna que otra misión especial
Estuvo en activo hasta 1985 y murió en un hospital moscovita el 8 de marzo de 1988. No vivió para ver la caída del Muro de Berlín ni la disolución de esa Unión Soviética por la que tanto había luchado.
De su verdadera identidad no se supo nada hasta años después de su fallecimiento. La espía soviética de nacionalidad española más importante del siglo XX fue condecorada por la Unión Soviética en ocho ocasiones y en 2019 Rusia emitió un sello dedicado a ella.
Marina Población
Posted at 08:11h, 02 diciembreMuchísimas gracias por la labor que estáis haciendo