15 Mar Yoga y relajación… El momento perfecto para…
-“Hola Manuela, ¿Cómo estás? Hace tiempo que pienso en llamarte y, un día por otro, lo voy dejando… Perdona porque hace bastante tiempo que no me ocupo de saber de ti, lo siento. Bueno, como nunca es tarde si la dicha es buena, lo intento hoy otra vez”
-“Hola, sí, hace mucho que no te acercas aunque yo sí sé de ti y que “vas tirando” como puedes. Me alegra encontrarnos otra vez. ¿Qué me cuentas?”
-“¿Te apetece un paseo de un rato largo y vamos charlando?”
-“Sí, claro. En cuanto estés lista”
– “Pues ahora mismo entonces, salgamos ya. (…) La verdad es que, aunque sé lo bien que me sienta estar contigo y hablar de todo un poco no entiendo por qué a veces las personas hacemos esto de elegir quedarnos con lo que nos sienta peor en vez de dar el paso hacia donde sabemos que encontraremos sosiego… Cosas del subconsciente, supongo.
Y reconozco que cuando ya di el paso y me encuentro contigo siento que es la mejor decisión que podía haber tomado. Ahora, por ejemplo, siento que ya me puedo morir tranquila, que aquí y así todo está bien”
– “Tienes razón, se buscan excusas donde no las hay para justificar lo que hacemos que daña o que, simplemente, no ayuda a estar mejor. A veces la única excusa es la pura rutina. Estar enfrascadas en un día a día en el que perdemos de vista las prioridades, siendo una de las prioridades nosotras mismas, ¿no crees?”.
– “Totalmente, es cierto. Bueno, y ¿Qué tal estás?, ponme al día sobre la parte que te toca”.
-“Pues… Notando el paso del tiempo, últimamente más punzante aún, los tiempos a solas a veces apetecen y otras veces matan. Supongo que te pasará algo parecido. Yo te he echado de menos todo este tiempo, espero que te haya compensado, y no me enfada esa “lejanía” porque, más tarde o más temprano, vuelves. Sé que hay personas que no vuelven nunca, debe ser terrible ese vacío”.
– “Conozco gente en esa situación y no lo cuentan como nada agradable. De hecho parchean y buscan otros apoyos aunque sean falsas amistades, amores pagados, terapias, etc. La soledad absoluta debe ser rompedora yo creo, yo que no valgo para estar sola mucho tiempo, claro”
-“Ese mucho que dices es relativo, date cuenta que cuando tu soledad se alarga más de lo que soportas o sabes gestionar entonces tomas la decisión, como hoy, de buscar tu apoyo, de recuperar tu centro. Es algo subjetivo, cada quien tiene su medida, su aguante…
Mira yo, puedo estar sin perder esperanza de que vuelvas a aparecer, a reconectarte conmigo, tanto tiempo como tú decidas. Cada persona es un mundo”
-“Hay señales que me indican cuando me siento sola ya por demasiado tiempo… Cuando vivo un día de frustración por algún fallo en algo que planeaba y, de repente, me veo hablándole mal a mis hijas o sintiendo envidia por un compañero. Es triste pero te soy honesta.
La honestidad creo que es el pegamento que nos mantiene unidas a nosotras y no quiero dejar de usarlo. Me siento demasiado sola también cuando me reconozco oyendo, en silencio, la misma canción una y otra vez, es agobiante…
Recuerdo cuando la psicóloga me dijo que “la lavadora lava y da vueltas con la ropa que le hayas metido, si no metes otro tipo de ropa seguirá lavando con la misma, hasta el puro desgaste” y, como esa lavadora es mi cabeza y esa ropa mis pensamientos, me doy cuenta de que tengo que meter a lavar otra ropa porque si no la cabeza me va a estallar.
Otras veces me pasa, y es cuando también recuerdo cuánto tiempo llevo sin acercarme a ti, que necesito conversar, compartir mis ideas con alguien y que, ese alguien, sea constructivo con lo que le cuento, necesito que alguien me escuche y me aporte, algún adulto cerca con quien contar…Y me hace llorar de pena darme cuenta de que no lo tengo”
Yoga… El gran momento de la relajación
-“Deberíamos hacer una rutina de encuentros. Semanales, diarios… como mejor te venga o necesites. Sabes que yo estoy incondicionalmente y siempre disponible, las veinticuatro horas de cada día si tú lo requieres.
Cuenta conmigo como siempre, estamos juntas en esto. ¿Quieres que nos escuchemos un ratito cada día antes de ir a dormir, por ejemplo, para desahogar la jornada y descansar mejor? Un ratito para pensar, respirar, procesar, elegir, organizar, reciclar… Estaría bien, nos sentaría genial a ambas. ¿Lo hacemos?”
-“Pues sí ¡Claro que sí! Me parece una idea estupenda. Por hoy ya quedamos atendidas, mañana será nuestra primera cita nocturna de tantas que están por venir. Qué bien me sientas. Qué a gusto me voy ahora amiga. Hasta mañana”
-“Que descanses, te quiero mucho. Cuidémonos mutuamente y todo nos irá mejor”
Y froté la suela de mis zapatos en el felpudo, cogí las llaves, abrí la puerta y entré en casa. Sé que las dos entramos en paz, atendidas y entendidas. No hay nada comparable a una amiga de verdad y yo tardé en darme cuenta de que la mejor de todas mis amigas era yo misma.
Mañana empezaré mi rutina de relajación y yoga antes de dormir, la alfombra de mi cuarto es amplia y agradable, será el lugar perfecto para tener ese ratito diario conmigo misma.
Firmado,
Manuela.
No Comments