22 May Mujer ¿rota? o cómo utilizar el pegamento emocional
Se te parte el alma.
Un paracetamol ya no es suficiente para disimularlo.
Porque la cabeza te revienta.
La zona cervical ya no soporta más tensión.
Las arterias tampoco.
En la garganta el nudo ya no te deja tragar más.
UNA MUJER ROTA… Y POCO PUEDE SOPORTAR
Tus hombros no aguantan el peso de todo eso que sabes que acarreas.
Brazos que ya no suben más de la horizontal, y eso cuando llegan.
En el pecho hundimiento a la par que desborde, incomprensible.
Un sistema digestivo alterado, disfuncional. Intolerancia.
Unos músculos lumbares contracturados.
Reglas dolorosas. Sin ciclo, irregularidades.
Hinchazón, mala circulación, tobillos como botes.
Y no duermes. No hay descanso. Entre mal y mal dolor, angustia e impotencia.
Y se te rompe el alma. Y ves los trozos partidos.
Y sigues.
Con una mezcla de coraje, amor propio, humanidad, maternidad, compromiso y responsabilidad te auto-restauras.
Sigues.
Pegando trozos con adhesivo emocional, parches de ilusión y optimismo.
Protegiendo las heridas con la confianza y la esperanza. Ungüentos que salvan, de supervivencia y punto.
¿Te engañas?
UNA MUJER ROTA UTILIZA ADHESIVO EMOCIONAL PARA PEGAR LOS TROZOS
Y con el cuerpo casi inerte por momentos y el alma recompuesta y marcada de cicatrices, te engañas otro poco y sigues.
“¿Y qué pasará cuando me canse de usar el pegamento?” Dice una.
“¿Y qué pasará cuando ya no me deje romper más?” Dice otra.
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