18 May María Dueñas, la voz de las hijas del capitán
María Dueñas es la aguja del Tiempo entre costuras. Se adjudicó la misión de no olvidar y ha tenido la templanza, que da la escritura, de ser la voz de Las hijas del capitán.
La escritora manchega habla despacio. Su voz aterciopelada rompe el cielo de Sevilla y actúa como un bálsamo, para los que nos congregamos junto a ella, al hablarnos de su última novela, Las hijas del capitán.
Una obra que recién terminada ya se ha convertido en un éxito de ventas y que en breve comenzará el rodaje. Una película en la que aparecerá los escenarios de la novela y el testimonio de los descendientes de aquellos inmigrantes a los que ella ha dedicado su último libro.
Viene de estar presente en todas las ferias, incluidas las latinoamericanas, y, medio sonriendo, es capaz de reconocer que sigue teniendo miedo cuando va a publicar una novela porque “no hay nada conquistado”… Sigue siendo una mujer que se ilusiona con el trabajo, de la misma forma que sigue siendo igual de exigente que cuando comenzó a escribir la primera de sus obras.
Al igual que en las anteriores, también en ésta sus protagonistas son mujeres. Mujeres fuertes. Mujeres Valientes. Mujeres que cruzaron medio mundo para convertirse en las grandes ignoradas de la historia de la emigración y de la inmigración.
Mujeres que eran arrastradas por las circunstancias de sus maridos y que buscaban una vida mejor. Protagonistas que viajaban solas hasta el lugar en el que tendrían que echar nuevas raíces lejos de su tierra, España, y sintiendo el desarraigo por la distancia de la tierra amada.
Ellas fueron las grandes olvidadas pero también fueron las grandes heroínas. Solidarias con sus paisanos; ayudaban a las recién llegadas dándoles protección y calor a las que, en una tierra desconocida, sentían la soledad de un lugar extraño y de costumbres no sólo diferentes sino también extravagantes.
Estamos hablando de New York. Allí recalaban estas mujeres que apenas sabían leer ni escribir. Que no estaban seguras de si iban a volver y que casi no se podían comunicar con la familia que habían dejado aquí, porque las cartas tardaban meses en llega (estamos hablando de una época en las que las condiciones en las que se vivía eran radicalmente diferentes a la vida que conocemos)
Pelearon con uñas y dientes. Madres que subían a un barco con apenas veinte años; llegaban a La Gran Manzana sin entender una palabra de inglés pero firmes, convencidas y valientes por la decisión que habían tomado junto a sus maridos.
Apenas pudieron o, quizás, no supieron aclimatarse a aquellas tierras: no hablaban inglés, no formaban parte de aquella sociedad moderna y avanzada como la neoyorkina, y sus vidas trascurrían en sus casas, con los suyos y trabajando, como mucho, cosiendo por piezas (cuellos, puños…)
María Dueñas recupera el New York de la época y ha conseguido devolver la vida a la Calle Catorce, que es donde se asentaba la colonia de españoles; unas calles y unas páginas por las se han paseado personajes como Rita Hayworth (oriunda de Castilleja de la Cuesta en Sevilla), el músico, Xavier Cugat o el Conde de Covadonga y el dueño de El Diario de la Prensa, José Camprubí, era cuñado del Nobel de Literatura, el onubense, Juan Ramón Jiménez.
Negocios, night clubs, espectáculos, copla, flamenco, rumba cubana, bares, mercerías, colmaos, Casa Moneo… Aquella colonia era una mezcla de todo. Un conjunto de españoles llegados de todos los rincones de la península y que dejó patente el amor por una tierra a la que muchos nunca volverían.
El paso de los años, una ciudad insegura, los hijos que ya pertenecían a otra generación… Todo contribuyó a que aquella parte de la historia, se diluyera en el tiempo y la memoria. Una memoria ingrata con las que tanto hicieron desde la lejanía y que María Dueñas, con su tesón y su escritura, las ha devuelto a la vida para recordarnos que hubo un tiempo en el que familias enteras, se llevaron a España… metida en el alma.
Las hijas del capitán, está publicado por Editorial Planeta
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