29 Abr Escuela infantil sí… Escuela infantil no ¡UN DILEMA
Pequeño G acaba de cumplir 14 meses, o lo que es lo mismo y para que lo entienda quien no tiene hijos: 1 año y 2 meses.
Lleva 2 meses yendo a la Escuela Infantil, que no guardería porque llamarlo así ya no se lleva.
Y he decidido dedicar hoy el post en Mujeres Valientes a este dilema entre los que son pro escuela antes de los 2-3 años o los que creen que mejor no.
Como sabéis los que habéis leído mis publicaciones habitualmente, desde que volvimos de París hace año y medio no trabajo por cuenta ajena, por lo que estoy en casa habitualmente. Decidí esperar a que Pequeño G tuviese al menos 1 año para empezar a activarme y buscar trabajo fuera.
Esta decisión fue motivada, en primer lugar, por la posibilidad económica, obviamente, y en segundo lugar porque coincidió que dejé de trabajar en París para mudarnos a España y ya estaba de 4 meses.
Seamos realistas, nadie iba a contratarme con 5 meses de embarazo
Pero cuando el enano tenía 7 meses empecé a estudiar Diseño de Interiores a semi-distancia. Mi intención era ponerme a estudiar a ratos en los que Pequeño G durmiese o jugase, pero la realidad fue muy distinta.
Cada vez demandan más tiempo y atenciones porque cada vez se mueven más. Comienzan a reptar, a gatear, acoger todo lo que pillan por casa, etc.
Así que llegaron las navidades y no me daba la vida con el curso. La primera opción fue que viniese una chica a casa un par de horas al día, un par de días a la semana (más no se podía porque al final sale carísimo). Así que las 2 horas que venía la chica a casa se ponía a jugar con él en su habitación y yo aprovechaba para estudiar. Pero esas 2 horas se pasaban demasiado rápido a pesar de no despegar la vista de los libros.
Así que decidimos probar a llevarlo a la escuela infantil a partir de febrero, solo por las mañanas de 9 a 13, a ver qué tal.
Visité varias escuelas, porque necesitaba tener un buen feeling que me animase a dejar allí a mi bebé. Alguna me horrorizó, hasta que en una de ellas me sentí súper a gusto. Me gustaban las instalaciones y el ambiente. Así que no nos lo pensamos y, a pesar de estar a 10 minutos en coche, ahí que le matriculamos.
Por suerte Pequeño G se adaptó de maravilla, lloró solo un par de veces al dejarlo, pero nunca más
Ahora que lleva casi 3 meses en la escuela le echa los brazos a su “seño” en cuanto llega y me dice adiós. La tranquilidad que me da eso es inexplicable. Y las 3 horas completas que puedo dedicar al estudio me cunden muchísimo. De hecho este post lo estoy escribiendo en mi horario de estudio .
Por ahora va a seguir en ese horario, que al final es un ratito en el que él también “desconecta” un poco de mí y recibe otro tipo de estímulos y aprendizajes que yo no puedo darle.
Cuando yo empiece a trabajar no le quedará otra que ir en horario completo y comer en la escuela, pero para entonces ya no será tan difícil porque ya está adaptado.
De aquí surge el debate… “Escuela sí, escuela no”
Por supuesto este debate es solo para aquellas familias que puedan permitirse otra opción que no sea la escuela infantil. Porque para la mayoría de mortales la única opción es llevar a un bebé de entre 4 y 6 meses a la escuela infantil para poder incorporarse al trabajo después de la baja. Yo me considero una privilegiada en ese aspecto.
Según he leído en varios artículos “los pediatras recomiendan no escolarizar a un niño antes de los 2 años” (leído en Lucía, mi pediatra).
Evidentemente cada uno quiere lo mejor para sus hijos y a nadie le gusta tener que llevar a un bebé a la escuela porque sí. Entonces es ridículo decir que no recomiendan escolarizarlo antes de los 2 años.
Ahí estoy de acuerdo con la reflexión del famoso Carlos González:
“Llevarlos a la escuela debería ser sólo cuando no hubiera más remedio. Sería conveniente cambiar nuestro sistema socio-económico para que en la mayoría de los casos no fuera imprescindible llevar al niño a la guardería, y para aquellos casos en los que sí fuera imprescindible habría que hacer mejores guarderías”.
Pero tengo que lanzar una lanza a favor de llevarles a la escuela, al menos a partir del año, ya que considero que juegan más.
Al final en casa conmigo nos la pasábamos un rato jugando en su habitación, otro rato en el salón, comer, dormir, calle, vuelta a jugar en el salón, vuelta a jugar en su habitación y así como el día de la marmota.
Escuela infantil… una opción para conciliar y poder incorporarse a la vida laboral
Vale que con 1 año aún no establecen relaciones de “amistad” con otros niños, pero sí que es cierto que en la escuela aprenden y reciben nuevos estímulos que considero que, en mi caso, le están viniendo muy bien. Porque el día de la marmota cansa, y si mamá está aburrida del día de la marmota el bebé lo percibe, siempre los mismos juguetes, el mismo espacio, las mismas actividades.
Yo me considero una persona creativa y amante del DIY, y le he fabricado a mi peque libros y botellas sensoriales, busco juegos, cuentos, etc. Pero al final cansa. Sobre todo si encima pretendes hacer cosas en casa y trabajar y/o estudiar. Se convierte en una frustración por no poder hacerlo todo.
Conclusión de mi experiencia: me alegro de haber llevado a Pequeño G a la escuela con 1 año. Él está feliz, se le pone una sonrisa de oreja a oreja en cuanto llega a su clase y se abalanza sobre su maestra. Y yo me siento realizada, tengo unas horas para mí, para mis estudios y para despejar mi mente del mundo bebé. Mientras tanto, él aprende canciones en inglés, pinta con las manos y los pies, le cuentan cuentos, baila y duerme en una hamaca colgante.
¿Es mejor tener a alguien en casa que lo cuide o elegir la opción de llevarlo a la Escuela Infantil?
Pues hombre si tienes mucho dinero y es una persona con experiencia en educación infantil que sepa darle los estímulos necesarios de la forma correcta, pues sí. Pero en mi caso ni tengo el dinero para eso ni lo veo conveniente estando yo en casa.
Porque el bebé si estoy yo va a querer estar conmigo e inevitablemente voy a estar pendiente. De hecho os cuento que hoy, que estoy terminando el post, tengo a Pequeño G en casa porque está resfriado y anoche tuvo un poco de fiebre. Así que en este momento valoro mucho más la escuela infantil, porque su nivel de actividad no me permite concentrarme ni hacer nada, y eso que está mi querida suegra en casa unos días y está entreteniéndolo en su habitación.
Así que, como todo, para gustos colores y quien pueda y quiera permitirse estar 24/7 durante 2 años enteros con su bebé en casa pues genial, pero ni mucho menos me parece una mala opción la escuela infantil, al menos no a partir del año y pudiendo comenzar con horarios reducidos.
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