22 Nov Cualquier día me voy
No sabemos cómo empezaron las cosas pero empezaron…
Un café, la autonomía (no política), la muerte y las nuevas oportunidades serán conceptos unidos en esta narración para la que no encuentro forma de arrancar. Aunque ya lo estoy haciendo, y es que pasa que no sabemos cómo empezaron las cosas pero empezaron e hicieron llegar momentos únicos que no estamos dispuestos a olvidar.
Estoy convencida de que el efecto vigilia que produjo aquella taza de café (bebida que no suelo consumir) trajo lo que creí que tardaría aún más tiempo en llegar. Porque habitualmente me adormilo en el sofá pasadas las once y ese día no fue así, lo que nos permitió ver juntos el documental en el que un afamado chef y su hijo se enfocaban en la apertura de un nuevo local.
Aquel reportaje me hizo ver, analizar y comentar las habilidades de vida que estos hombres demostraban tener cuando sopesaban pros y contras y, con esto, llegó el momento en que dije: “Se ve que los 2 son león en sus Cartas Altas, imagino los momentos de enfrentamiento que puedan llegar a tener en la intimidad de su hogar y familia, aunque es la señal también de quienes muestran tener valor, seguridad en sí mismos”, yo sé que los leones son los que muestran creatividad, capacidad para ir más allá, romper el status quo y no rendirse. Son los que luchan por el bien común y trabajan con energía y tesón haciendo del mundo un mejor lugar para todos.
Si eres “león” y no estás auto-controlado te arriesgas a generar en los demás sentimientos como la humillación y daño por las críticas. Es durísimo tener al lado, y como jefe, a un león descontrolado en su afán de controlarlo todo.
Hoy al fin pude compartirlo con quien más amo e iniciar un camino nuevo en su autoconocimiento
Y por esto del café y las nuevas oportunidades que se nos presentan surge que oigo:
-“¿Qué es la Carta Alta?”
-“Una de las actividades que hacemos en los cursos de Disciplina Positiva para ser conscientes de cómo actuamos y qué provocamos con esa actitud cuando algo nos pudiera llegar a generar un estrés emocional. Hay cuatro Cartas Altas y cada adulto usamos una de ellas porque así lo hemos decidido en algún momento de nuestra infancia o juventud para protegernos.”
-“¿Y cuál es mi Carta Alta?”
-“Intuyo cuál es pero con un juego lo sabremos, tú debes dar la respuesta para que lleguemos a ella. ¿Quieres que lo hagamos ahora?”
-“Venga”
Así fue… ¡Impresionante! ¡Y me lo estuve perdiendo por no ser “tomadora de café”! Después de tres años ayudando a adultos padres, docentes, jefes… a conocer su estilo o prioridad de vida, hoy al fin pude compartirlo con quien más amo e iniciar un camino nuevo en su autoconocimiento, en la posibilidad de, siendo consciente de ello, potenciar las habilidades positivas de su Carta Alta, minimizar los aspectos negativos de usarla y, sobre todo, a ser compasivo con lo que invita a sentir a los demás cada vez que la usa para zanjar a su favor una partida en la que prevé que va a salir perdiendo.
Es indudable que el maestro llega cuando el alumno está preparado y que el sabio y generoso maestro debe saber esperar. Hoy me ha abierto parte de su alma y hemos hablado de emociones y sentimientos. Impresionante.
Hoy me ha abierto parte de su alma y hemos hablado de emociones y sentimientos. Impresionante
Y ya en la cama, a esto de la una de la madrugada, desvelada y con un ataque de felicidad que me obligaba a reír en silencio, me di cuenta de cómo voy quemando etapas y de que, cada vez que cumplo con una nueva parte de mi misión y avanzo logrando objetivos, estoy más cerca del final.
Sí, lo relaciono con la misma sensación que tengo cuando veo en los hijos avances positivos en cuanto a autonomía y gestión emocional o de conflictos, porque es ahí cuando pienso, satisfecha: “Ya me puedo morir tranquila”, porque ya pueden solos y ese creo que es el mayor objetivo a alcanzar.
No sé cuántas misiones o retos más tengo por delante, nunca lo sabré, lo que sí sé seguro es que cada vez quedan menos y que, cualquier día, me voy.
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