Abuelas... Pura sabiduría y lección de vida. Contigo Desenredo. Mujeres Valientes

Abuelas… Pura sabiduría y lección de vida

Abuelas... Pura sabiduría y lección de vida. Contigo Desenredo. Mujeres Valientes

 

Ella también tuvo una edad en la que no sabía el cuento del filete de pollo, una época de su vida en la que esperaba con ansia el domingo y con él la visita de la prima María Antonia.

Los domingos eran días de permisos, de excusas aceptadas, días de poder hacer, decir, mirar y pasear soñando. Las mañanas pedían oír misa para ser buena cristiana. Velo, silencio, gris, cabeza baja. Las tardes por el contrario traían risas y algarabía ante lo que siempre prometía ser un gran final de semana. Nervios, mariposas en el estómago, risas, confesiones, cuchicheos… ¡MÚSICA!

Y a la hora de comer, la que partía esos dos tiempos con filo certero, llegaba la familia a compartir mesa y sobremesa de licores y partidas. La prima María Antonia deseaba acudir cada domingo, a parte de porque se sentía muy útil al ser la más cotizada peluquera del grupo de amigas (hacía el cardado y el moño alto que era un primor), porque así podría ver a Agustín.

Sí, ella también esperaba a la tarde del último día de la semana para lucir su moño, zapatos de medio tacón y rebeca nueva. Eran buenos tiempos los domingos por la tarde.

 

Abuelas… Grandes mujeres de las que aprender

 

Salir juntas e ir a la Casa Concejo para ver películas y bailar de guateque era genial, sobre todo después del rato pasado previamente en el cuarto acicalándose y peinándose, robando gotas de perfume a una madre considerada y probando trapos para elegir los mejores y lucir, sí, para lucir cuan estrella que desea destacar en un firmamento de competencia femenina.

Y ahora pues… tanto de lo mismo o muy parecido, con los mismos fines aunque con distintos medios. Creo que mi abuela también tuvo tensión interna y desasosiego cuando alguna de aquellas tardes no sabía qué ponerse.

El viernes a las siete mi abuela se dio cuenta de que yo no había salido aún de mi cuarto. Se percata de todo creo, aunque suele callar para no herir la autoestima de mamá que se basa en el “yo sé y yo puedo sola”.

La otra tarde no calló y llamó a la puerta de mi habitación. Le dije “pasa abuela” y ahí empezó el primer capítulo del resto de mi vida. Jamás imaginé cómo sería ese cambio de pensamiento pero lo que habría jurado es que no sería tras escuchar el cuento de un filete de pollo. ¡Esta abuela es genial!

👵-“¿Qué te pasa chiquilla?

👩-“¡Ay abuela! es que no sé qué ponermeeee…”

👵– “Ah, ya. Lo del filete de pollo, ¿no? ¿O prefieres la manzana de feria?”

👩– “¿El qué? No sé qué quieres decir abuela”

👵– “Pues si tienes 2 minutos te lo cuento y así a lo mejor te ayuda para elegir lo que te pones”

👵“Desde chica me enseñaron este cuento de viejas y ahora te lo regalo a ti.


Es que las chicas y los chicos (y a veces hasta los adultos, no te creas que no) son como un buen filete de pollo y resulta que no lo saben, bueno, que no se dan cuenta porque no están atentos.

Mira, un buen pollo, sano, que se cría feliz y al aire libre, con más pollos y comiendo buen maíz, da unos buenos filetes de pollo. Tú eres un buenísimo filete de pollo y no lo ves.

Intentas echarle sal para que mejore su sabor, hay quien también pimienta molida, ajo o hierbas provenzales, hay quien lo pasa por harina fina, huevo batido y hasta por pan rallado, todo con el único propósito de que ese filete de pollo esté exquisito. Nada más, para que esté mejor de lo que estaba, para que luzca más y mejor siendo lo que no es.

Entonces claro, resulta más apetecible a la vista y más sabroso al paladar ¿verdad? Pues todos esos aliños y condimentos no son nada sin un buen filete de pollo que los soporte.

 

Abuelas… Las que nos marcan el camino a seguir

 

Cuando te vistes, acicalas, adornas, maquillas… intentas estar mejor, y hasta exquisita si es posible, sin acordarte que tú en ti misma ya eres como un gran filete, de calidad impecable, y que solo así tal cual también eres gratamente disfrutable.

Hay a quien el ejemplo del pollo le parece rudo o una fea comparación y, para esas personas, tenemos la versión “manzana de feria”. La manzana es excelente alimento sin necesidad de estar caramelizada, coronada por crocante de almendras ni envuelta en celofán. Igual que el pollo, aporta lo que es y tiene sin necesidad de aparentar y adornarse.

De hecho lo más saludable y recomendable es comer los alimentos lo más naturales posible ¿no? Al fin y al cabo con tanto adorno podrían considerarse hasta “publicidad engañosa”
La manzana es manzana, el pollo es pollo y tú eres un amor.

Querida nieta, por supuesto que a todos nos gusta destacar un poco, ofrecer algo que nos diferencie de la masa y nos atrae un detalle de personalidad, entonces ahora… ¿Qué decides tú ponerte hoy? ¡Ah! y disfruta del momento si tienes esta tarde la oportunidad de “darte el filete” con alguien de tu agrado 😉 “

👩-“Es verdad abuela, gracias”

Y empecé a valorar la manzana o el filete que llevo dentro y ya no me esfuerzo en caramelizarme o especiarme hasta ser engañosa.

Qué interesante ejemplo para dar a quienes criamos, acompañamos y/o educamos.

 

 

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Virginia Garcia
contigodesenredo@gmail.com
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